InicioJosé Eduardo GarcíaReseña de The Clutch en la Sala Rajatabla de Caracas

Reseña de The Clutch en la Sala Rajatabla de Caracas

Como si fuera ayer…

Allí, entre el Teatro Teresa Carreño y la Universidad Experimental de las Artes (para muchos nostálgicos, sigue siendo «El Ateneo de Caracas»), la Sala Rajatabla es uno de esos lugares que siempre ha estado en la vida del caraqueño, presentando bandas y dando cobijo a personajes de toda tribu urbana… Un día, dejé de ir.

¿Qué cambió? ¿Yo lo hice?

Probablemente… pero esta era una oportunidad que no debía pasar por alto: El Punk volvía a Rajatabla con The Clutch, la curiosa agrupación «All Stars» tributo a The Clash, quienes prometieron incluir en el setlist temas de grandes bandas de Venezuela (promesa cumplida, para beneplácito de los allí presentes, pero no nos adelantemos).

Alrededor de las 10:00 pm, el trío La Chusma tomó la misión de preceder a The Clutch en la cálida noche del 20 de mayo y cumplieron con la expectativa creada sobre ellos: tocaron aproximadamente una docena de temas, entre los que destacaron sorpresivas versiones de «Velocidad del Alma» (de Gasolina), «La Cena» (original de Los Últimos Indocumentados) y «La Avispa» (de Cangrejo). Son un grupazo al cual no debemos perder pista.

Las mejores noches son las de «todo o nada» y eso lo saben por experiencia los músicos de The Clutch o, lo que es lo mismo: Yiyo (Voz y guitarra de 4to. Reich y Holocausto), Joshua (guitarrista de NueveNoventa), Danel y Caplis (Baterista y bajista, respectivamente, de Desorden Público)… Un Dream Team que nació hace unos diez años por la pasión de tocar las canciones que los animaron a crear sus propios grupos y escribir muchas gloriosas páginas de la historia del rock venezolano.

Cuando sonó «London Calling», la Sala Rajatabla rugió como en aquellos viejos buenos tiempos, seguido por grandes éxitos de The Clash en un set demoledor, pero «La Telenovela», «Quiero Destrozar» y «Supermán» de La Seguridad Nacional, ícono fundacional del Punk en Venezuela, emocionaron y sorprendieron a todos.

No repuestos de estos clásicos, The Clutch no nos sorprendió con otros tres temas, ahora de 4to. Reich: «Vamos ya», «Mauricio cómprame un helado» y «Morir por la Patria», cantadas por la misma voz que sonaba en aquellos viejos cassettes que nos llegaban tras 5 o 6 regrabaciones, la de Juan «Yiyo» Morasso. El delirio llegó con «Descargar» (y vaya si se descargó), «Educación Anterior» y «Miraflores» de Sentimiento Muerto, un grupo tan históricamente trascendente que hace innecesario comentar algo sobre ellos.

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El sonido estuvo increíble (nunca una banda sonó tan bien). Felicidades por ello a la Sala Rajatabla y The Clutch dio un show superior al ofrecido junto a Los Rabanes de Panamá en la Galería de Arte Nacional. En público era ideal, entre personalidades de la escena caraqueña (OneShot, Barracuda de Los Choppers, Melchor de El Trabuco Contrapunto y el DJ Torkins, entre muchos otros) y los punks «de toda la vida», con un pogo para la historia… Pero había tiempo para más.

¿Acaso el aire de la noche no se respira mejor?

Pues recuperamos el aliento por segundos y eso bastó para seguir la fiesta y el homenaje a los magníficos The Clash: «Spanish Bombs», «Revolution Rock», «Rock The Casbah», «Should I Stay or Should I Go», «White Riot»… Clásicos atemporales que alegraron el corazón a todos los presentes y nos hicieron olvidar los problemas por una noche de antología, mientras me iba tarareando «políticos, políticos, malditos políticos», del tema de Desorden Público «Políticos Paralíticos», no incluido en el repertorio de la velada, aunque siempre (tristemente) vigente en cuanto a lo que narra.

¿Pero se puede pedir más?

Fuimos felices y lo supimos.

(Creo que, con la edad, sentirnos felices se aprecia y agradece mejor).

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