Pensar que esto es un simulacro es totalmente opuesto al concepto de este último tour del exbajista de la representación de la psicodelia en formato auditivo… Pink Floyd.
Roger Waters retomó el tour en este 2023, comenzando el pasado 17 de marzo en Portugal, y luego haciendo parada obligada en España para darnos una buena dosis por partida doble en un WiZink Center que colgaba el Sold Out tanto el 23 como 24 de marzo.
De Waters podías esperar los extremos de las opiniones por su affair de llevar la consigna política con la música.
Con una aclaratoria donde “se curaba en salud” hacia un comentario muy irónico para alimentar su conocida discrepancia con la banda que lo inmortalizó, y es así como a las 21:10 comenzó un viaje que nos llevó a sentirnos confortablemente tontos hasta el momento que hubo que salir de la pared.
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Fueron casi tres horas de unos visuales alucinantes en una cruz de LEDs que levitaba y no negaban visión alguna a los 360 grados de fanáticos que colmaban el venue y coreaban canciones icónicas de PF de trabajos legendarios como: Animals, Wish You Were Here, The Wall, The Dark Side of the Moon y The Final Cut.
Waters le dio un equilibrio al set, haciendo matices y paradas técnicas para no dejar pasar por alto su carrera solista, y dejarnos escuchar algo de sus discos «Amused to Death», «Radio KAOS» y «Is this the life we really want?»
¿Y Gilmour?
El «genio» (como su ego le permite autodenominarse alguna vez) nos dejó claro que no hay vuelta atrás en sus diferencias con la guitarra de Floyd (Gilmour); tanto así, que en los visuales cuando proyectaba imágenes de la banda, solo veíamos a Mason, Wright, Barrett y a él… Particularmente fue de lo poco que no me gustó.
Madrid quedó rendido a la magia de este músico que desde hace mucho es leyenda y que seguramente ya con sus 79 vueltas al sol nos dio este show de despedida.
Puede que ayer hayamos sido testigos de la última escucha en vivo de temas de Pink Floyd en la capital española interpretada por alguno de sus integrantes.
Es probable que Waters vuelva a Madrid, y lo veas montado en la Circular desde Nuevos Ministerios a Oporto; puede que lo veas en Plaza Mayor tomando un tinto y comiendo unas croquetas… Pisará la tierra y humanizará de nuevo, pero igual, seguirás siendo un genio.
Siempre podré decir: «Yo vi a Roger Waters».
