Hay músicos que cargan su pasado como una especie de Medalla de Honor, brillante y, a menudo, demasiado pesada para un nuevo camino. Álvaro Segura, el guitarrista que durante años fue el arquitecto sónico de la icónica banda Zapato3, no huye de ese legado: lo usa como cimiento. Su más reciente entrega en solitario, el corte NUNCA FUISTE, es menos un simple single y más bien la declaración de un artista que entiende que la única vanguardia posible, después de tanto rock, es la puramente personal. Es la prueba de que el músculo y la melancolía pueden coexistir sin devorarse.
La elegía eléctrica de Álvaro Segura: cuando el grunge y lo gótico dejaron de preguntarse por qué
¿Qué ocurre realmente en el cuerpo de esta canción? No estamos ante una simple etiqueta de fusión, sino ante una alquimia sonora delicada. La música que articula NUNCA FUISTE es una trenza hipnótica donde la melancolía gótica, esa estirpe que va de The Cure a The Sisters of Mercy, se abraza con el fuego soterrado del grunge de los 90. La energía, sí, está contenida, como el feedback que se niega a estallar en un amplificador Fender. Es un juego de antítesis. Las guitarras ya no buscan el riff de estadio, sino que susurran con una textura tan rica que parece que las puedes palpar, como si el pedal de distorsión se hubiese graduado en filosofía. La voz de Segura llega envuelta en ese eco digital que solo otorgan los recuerdos indomables. ¡Qué ironía! Buscamos la catarsis en el volumen brutal, y él nos la ofrece en un minimalismo emocional que desnuda el sonido hasta dejarlo en su esqueleto.
La lírica de la canción es, ante todo, una elegía visceral que transforma el lamento en un rito. Es una reflexión sobre el amor perdido cuyo fuego, a pesar de la ausencia, persiste. Frases como: «Llega como llega el viento / cuando el mar está dormido / y desnuda en mis sentidos…», no son solo versos; son la cartografía de una poética de la sombra muy consciente de la tradición del rock introspectivo. Este es un sonido honesto en su producción y demoledor en su franqueza.
Escenografía del alma: referencias oscuras y John Robertson
¿Y qué sucede cuando este paisaje sónico, tan cargado de referencias underground, choca con la imagen? El director John Robertson toma el timón del videoclip, y la música, inevitablemente, se hace cine. La visión de Robertson y Segura no teme a la oscuridad, la cataloga y la exalta. Vemos espectros, vemos cruces, vemos gárgolas; es decir, todo el panteón visual que aterra a los puritanos del pop.

En este clip, los elementos oscuros —fantasmas y gárgolas— no son clichés de terror, son presencias líricas. El artista los concibe como si fuesen figuras extraídas de la literatura clásica oscura, quizá de los sueños góticos de un Edgar Allan Poe pero filmados con la calma deliberada de un director arthouse. La belleza lúgubre resultante es una declaración de principios: que el dolor y la memoria no deben ser feos. Es una elegancia espiritual, profundamente humana, que nos recuerda que las grandes preguntas del alma —que alimentaron al rock alternativo— nunca caducan.
Así lo veo You: el libro abierto del artista
Este viaje a la sombra es solo el primer capítulo. El álbum completo de Álvaro Segura, titulado Así lo veo You, está marcado en el calendario para su liberación entre noviembre y diciembre de 2025. No es solo un disco, es el primer manifiesto solista del músico: una obra total que unifica el sonido con la poesía y la visión en una sola arquitectura.
El propio Segura describe la temática central como un espejo fragmentado de su universo interior, un tránsito entre lo terrenal y lo místico. ¿No es acaso eso lo que siempre pedimos al arte en la madurez de un creador? Que la música se convierta en un acto de exorcismo y revelación, una fisura por donde asome algo de verdad sobre la naturaleza humana.
Si ha seguido la estirpe de Zapato3, o si simplemente valora el rock que prefiere la profundidad al volumen, este es un destino obligatorio. NUNCA FUISTE de Álvaro Segura no se escucha, se estudia. Es hora de darle Play y sumergirse en la elegante fragilidad de quien, finalmente, ha encontrado su propia voz lejos del coro.



