Damien Chazelle es el director que nos regaló esa maravillosa película sobre el lado desconocido de los conservatorios musicales y esos profesores amargados y recalcitrantes que buscan la perfección en sus alumnos a costa de su salud mental. Sí, hablo de «Whiplash». Luego nos llevó a conocer una historia de amor contada bajo el esquema de un musical con «La La Land». Ahora Chazelle nos sumerge en lo que sería su interpretación del nacimiento de Hollywood.
«Babylon» es lo más reciente de Damien Chazelle, que en tono de tragicomedia nos muestra los albores de Hollywood de los años 20 y sus filmes silentes. El director nos pone en el centro de los excesos, lo absurdo y dantesco que era el cine y su entorno en ese entonces.
Con una apertura frenética y maravillosa, planos secuencias y juego de cámaras únicos, nos van deleitando en una primera media hora en torno al éxito rutilante de dos estrellas en el zenit de sus carreras, interpretadas por Margot Robbie y Brad Pitt de forma magistral y acompañados por una serie de actores que ayudan a darle forma a toda esta locura fílmica. Hasta vemos a un Tobey Maguire como nunca se había visto.
La fotografía de «Babylon» es apabullante en muchas ocasiones. En el excelente soundtrack, el jazz vuelve a ser protagonista, como lo fue en «Whiplash». Todo está orquestado muy bien por Chazelle, con un buen guión que nos va mostrando una vorágine en crescendo hasta llegar a su final.
«Babylon» es la manera de honrar al cine al estilo de Damien Chazelle, que puede no gustar a muchos al mostrar el verdadero rostro de Hollywood detrás de los reflectores y las cámaras.
Twitter: edwinmarcano88
Instagram: edmarcano