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Chao a KISS

Por Verock Serrano

Este 23 de abril de 2022, luego de dos reprogramaciones y dos años de espera, le tocó el turno a Argentina de despedirse de KISS. Siendo esta la tercera fecha del leg sudamericano del End Of The Road – World Tour y el reloj marcando las 9:28 pm, Rock and Roll de Led Zeppelin sonaba a todo lo que daba en el Campo Argentino de Polo de Buenos Aires y el público empezaba a calentar motores a la vez que en pantallas se podía ver en video a KISS saliendo de backstage rumbo al escenario.
9:30 pm, Se oscurece todo y con el acostumbrado saludo hacían su entrada al escenario: “Allright Buenos Aires, you wanted the best, you got the best, the hottest band in the world, KISS!”
El telón cayó y ahí estaban Gene, Paul y Tommy que bajaban del techo volando en una plataforma cada uno, mientras Eric aparecía con su batería desde atrás del escenario. Así inició la noche con Detroit Rock City y comenzó la locura, 50.000 almas saltando y coreando al unísono. Enseguida continuaron con Shout It Out Loud. Luego de una pausa y saludar al público, siguieron con Deuce, War Machine y Heaven’s on Fire, dejando a un público eufórico y a un Paul Stanley sorprendido por los cantos de la multitud, al punto de tener que decir que la idea era que èl cantara para el público y no lo opuesto.
Después llegó el turno de Gene Simmons, quien mantuvo al público arriba con I Love It Loud, poniendo la guinda del pastel con su acostumbrado acto de escupir fuego. Le siguieron Say Yeah y el clásico de la vieja escuela Cold Gin, para luego dejarle el escenario a Tommy Thayer, quien deleitó a todos con su solo disparando notas y también pirotecnia con su guitarra. Continuaron con Lick It Up, Calling Dr. Love, Tears Are Falling y un fragmento de Psycho Circus, que enseguida dio paso a Eric Singer y su solo de batería, que retumbaba por todo el lugar mientras la plataforma donde estaba se elevaba y bajaba. Mientras, el resto se incorporaba a la escena y tocaron brevemente el outro de 100,000 Years.
Ya bastante avanzada la noche, llegó el turno del demonio. Las luces se apagaron y Gene Simmons apareció iluminado de verde, usando su particular bajo en forma de hacha y escupiendo sangre por la boca mientras ejecutaba su oscuro y pesado solo. Seguidamente, se elevó por los cielos del escenario en una plataforma y, desde allí, cantó God of Thunder.
Luego de una breve pausa y una charla con el público recordando las anteriores visitas a Buenos Aires, Paul Stanley pidió que dijeran su nombre lo más fuerte posible para poder ir más cerca de todos. Mientras sonaban los acordes que daban inicio a Love Gun, el chico estrella se subió a una tirolesa y voló por los aires hasta la plataforma que estaba estratégicamente ubicada encima de la mesa de sonido, en el centro del campo, y desde allí la cantó más cerca del público. Al terminar, preguntó si podía cantar una canción más y, luego de dar pista de cual canción sería, la multitud comenzó a tararear el inicio de I Was Made for Loving You y Paul, embelesado, pidió que siguieran haciéndolo. Después de expresar su agradecimiento, dio inicio al tema con el resto de la banda y la audiencia acompañó en el coro mientras él iba de vuelta al escenario principal, volando nuevamente por los aires.
Ya la noche casi llegaba a su final y, con Paul incorporado al escenario principal, comenzaron a sonar los acordes que anunciaban que Black Diamond sería el próximo tema de la noche, seguido de una falsa despedida con pirotecnia que marcaba la transición para el encore del show.
En ese momento fue impresionante el coro de la multitud entonando cánticos propios de aliento en el fútbol argentino, pero con letra de ánimo a la banda más caliente del mundo. Es una costumbre que se repite en los conciertos en suelo argentino y que impresiona vivirla.
De golpe, los cánticos fueron interrumpidos por los acordes de piano y la pista de acompañamiento de Beth, interpretada por Eric Singer. Tras agradecer a todos los presentes y que Paul Stanley pidiera permiso para que les tomaran una foto grupal con la multitud, llegó el turno de Do You Love Me mientras volaban pelotas de playa con el logo de KISS por todo el lugar.
Inmediatamente después, arrancó el himno icono de la banda y empezó a llover confeti en todo el lugar. Era el turno de Rock and Roll All Nite. La multitud saltaba y acompañaba a Paul en el coro hasta el final, literalmente, pues ya la noche se acercaba a su cierre.
Y así, luego de dos horas llenas de música, a las 11:30 pm, con un poco de pirotecnia, fuego y elevados en sus plataformas, la banda más caliente del mundo decía adiós, proclamando su amor al público de Buenos Aires. Mientras la multitud tenía esperanzas de que volvieran al escenario con un tema más, las luces del Campo Argentino de Polo se encendieron y comenzó a sonar por los parlantes God Gave Rock and Roll To You. mientras se proyectaba en la pantalla lo siguiente: “KISS loves Buenos Aires”. Era el final. Ya se habían ido, pero su música y su legado quedaba en cada uno de los presentes.
Ya en búsqueda de la salida del lugar, el ambiente era alucinante, reinaba la satisfacción por el show que recién terminaba y la nostalgia de la despedida. Era posible ver fans de todas edades y generaciones, familias enteras, niños vestidos como El Demonio, El Gato, El Niño Estrella y El hombre Espacio; el abuelo con el hijo y los nietos, muchos con lágrimas en sus ojos y con la esperanza de que no sea un adiós sino un hasta luego. Sin lugar a duda un excelente show que quedará en el recuerdo y en los corazones de todos los que estuvimos presentes.
Después de vivir este espectáculo, no pude evitar recordar el show que dieron en 2009 en Venezuela, aquel 17 de abril de 2009 en el estacionamiento del Hipódromo La Rinconada, Caracas. Si bien el que pudimos presenciar en nuestro país en ese entonces fue levemente austero en cuanto a tamaño del escenario, pudimos apreciar el show pirotécnico bastante completo, cosa que en este recital de Buenos Aires no sucedió, ya que el recinto se encontraba en una zona residencial donde esto no está permitido. Así que diría que, dentro de todo, tuvimos un excelente show de KISS y ,de ambos conciertos, sacando el hecho de que este show de Buenos Aires es especial por ser el de la despedida, me quedo con aquél de la Rinconada, no solo por ser la primera vez que pude verlos en vivo, sino porque fue la única presentación de ellos en toda su carrera en suelo venezolano y que, ahora con esta despedida de los escenarios, son mucho menores las posibilidades de verlos nuevamente en nuestro país como ese día de abril del 2009.
¡Gracias por tanto, KISS! No les decimos chao, les decimos ¡hasta luego!
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