La banda caraqueña Cinematonic nos presenta su más reciente tema No Hay Cadáveres Exquisitos, una obra que se inspira en las primeras vanguardias del siglo XX y que cuenta con la destacada participación de Jean De Oliveira “Reis”, músico y productor venezolano conocido también por ser el líder de Candy 66.
Con No Hay Cadáveres Exquisitos, Cinematonic nos comparte una operación estructural similar. En esta oportunidad el dúo conformado por Harry Febres y Christian Navarro avanza por una exploración creativa que interpela conceptos propios de la metafísica de la presencia, tales como vida-muerte / naturaleza-ciudad. La pieza conversa con cierta tradición estética del rock progresivo clásico; incluso, el videoarte que acompaña la canción sugiere símbolos que pudiesen fácilmente formar parte de la singular iconografía de Pink Floyd o King Crimson.
Harry Febres, desde Ciudad de México, nos precisa: «Además de coquetear con la semántica de la frase, evocando que «ninguna muerte debe ser celebrada», planteamos una autonomía radical en los movimientos musicales y visuales que se suceden». Asimismo, Christian Navarro, desde Montevideo, puntualiza: «Juntamos viñetas que no tenían un vínculo original directo, pero que al igual que en la poesía dadaísta y surrealista, hacían sentido por asociación libre bajo algunos parámetros de lenguaje».
Para Cinematonic resultó interesante invitar en esta ocasión a Jean Carlo De Oliveira a participar en No Hay Cadáveres Exquisitos como Reis, una colaboración afortunada en que De Oliveira aportó su talento, experiencia y corazón. A su vez, Jean De Oliveira, siendo el líder y la columna vertebral de Candy 66, para la banda ya resultaba magnífico que Jean ampliara sus horizontes con su proyecto independiente Reis, y así, de esta manera traerlo a experimentar en este terreno.
No Hay Cadáveres Exquisitos
No Hay Cadáveres Exquisitos tiene varias lecturas, en primera instancia es un homenaje a las prácticas productivas de los dadaístas y surrealistas, y en segunda instancia, según Cinematonic, es una declaración ethopoética: «Ninguna muerte debe ser celebrada». Un cadáver exquisito es a la vez obra y método.
En el programa de las primeras vanguardias del siglo XX hubo tantas preocupaciones antagónicas como compartidas; no obstante, dos movimientos artísticos ocuparon la atención de la crítica mundial por su vecindad teórica y empírica. Se trata del dadaísmo y el surrealismo. Ambos movimientos se proponían descubrir nuevas maneras de crear y comunicar al margen de la razón positivista, el orden establecido, lo universal, la lógica y la consciencia.
Así nace la idea del cadáver exquisito, una operación colectiva en que cada uno de los participantes escribía o dibujaba como continuación a una cadena de significación desconocida; es decir, la elaboración total sólo se revelaba hasta el final del juego. De hecho, como consecuencia de una variante del juego, en que la regla era: «sustantivo-adjetivo-verbo», los surrealistas escribieron «el cadáver exquisito beberá el vino nuevo». En adelante, la técnica quedó bautizada como cadáver exquisito.
«El videoarte fue construido 100% sobre la base de found footage, justo para amplificar la sensación de rompecabezas visual», afirma Febres. Vale mencionar que Flóres Solano ha sido un aliado habitual en el arte de Cinematonic, al igual que Arturo Banus en la grabación, Moisés D’ Bello en la mezcla, Pedro Salinas en la batería y Nelson González en el bajo.
Cinematonic es una agrupación venezolana de orientación conceptual que ha desplegado desde diciembre de 2021 un conjunto de piezas verdaderamente inquietantes; entre ellas podemos destacar Bolívar Ad Lib, Entre Lauros, Antonio, Edulcorada Caracas y Machina Ex Deus. Asimismo han colaborado con artistas como Rafael Cadenas, Nelson Garrido, Henry D’Arthenay, Horus, Mcklopedia, Orestes Gómez, La Chica, entre otros.
Página Web
www.cinematonicband.com