Imagínate que el mal es como una especie de virus que va infectando todo a su paso. Bueno, no lo imagines. Puedes verlo, sentirlo y pasar posiblemente un muy mal rato, sintiendo que estás a punto de ser una víctima más en este proceso de incubación maligno. Te hablo de la película argentina «Cuando Acecha la Maldad,» dirigida y escrita magistralmente por Demián Rugna.
«Cuando Acecha la Maldad» es un plato servido del más puro terror. Visceral, crudo y bien pensado. Ese que te hace sentir incómodo. Que te retuerce el estómago y aterra. Su director ha puesto todo su amor para llevarnos de la mano y sentarnos en el epicentro de una pesadilla que inicia con una frenética historia de terror rural, que va en crecimiento, en su primera mitad. Y que luego nos comienza a enterrar en arenas movedizas, de la cual ya no podremos salir más.
Esto les parecerá absurdo, pero «Cuando Acecha la Maldad» me enamoró. Es preciosamente aterradora. Es dar una lección de cómo hacer un filme de terror con pocos recursos. Y crear una genialidad que está dando mucho de qué hablar. Y que estoy casi seguro de que veremos un mal remake gringo de la misma.
«Cuando Acecha la Maldad» no es perfecta. Pero cumple con su cometido. Tiene una fotografía y encuadres magníficos. Las actuaciones son muy convincentes. Los efectos y maquillajes son de 10. Sencillamente, felicitaciones a Rugna y compañía por regalarnos un filme de terror muy bien logrado. Dejando a Argentina como la principal potencia cinematográfica de América Latina en la actualidad.
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