El Krautrock despide a otra leyenda con el fallecimiento por cáncer de colon del japonés Damo Suzuki, vocalista de la banda CAN.
A finales de la década de los ochenta, la Orquesta de la Luz sorprendía a este lado del mundo: músicos japoneses interpretando salsa, al modo caribeño. Para mí, que para ese entonces ya conocía sobre Damo Suzuki, no me sorprendió… Varios años antes, él era un músico nipón errante por la vieja Europa, improvisando en calles y cafés cuando, precisamente en uno de éstos, un encuentro casual con Holger Czukay y Jaki Liebezeit le cambió la vida a todos; esa misma noche actuó con el grupo de éstos, CAN (se traduce «lata») y terminó sustituyendo al norteamericano Malcolm Mooney, quien tras la grabación de su opera prima, «Monster Movie« (1969) había decidido separar su camino.
El Krautrock es el nombre que se le dió a un extraño estilo de rock, originado en la antigua República Federal Alemana (debes haber escuchado sobre el «telón de acero») y que tenía elementos de psicodelia, progresivo y experimentación sonora con teclados y sonidos ambientales. A ello, CAN añadía mucho Free Jazz, lo cual calzaba a la perfección con el estilo callejero de Kenji «Damo» Suzuki, una especie de «Proto MC» y que constituía un sello distintivo de la banda al compararla con Tangerine Dreams, Cluster, Neu! y Kraftwerk.
Damo Suzuki: Muerte, psicodelia Y Jehová
Damo militó en las filas de CAN durante tres intensos años (1970-1973) y participó en sus producciones más exitosas: «Tago Mago«, «Future Days» y «Ege Bamyasi«, pero decidió abrazar la fé a través de los Testigos de Jehová y desapareció del mundo artístico hasta su salida del grupo religioso en 1983, año en que también creo su «Damo Suzuki’s Network«: improvisaciones sobre músicos itinerantes, hasta que en 2014 fue diagnósticado como paciente con cáncer de colon, enfermedad que terminó arrebatándonos a este genio el pasado 9 de febrero, a los 74 años de edad.
A manera de homenaje para quienes pudimos disfrutar de su arte o, por el contrario, conocerle y ser testigos de la dura batalla que el artista plantó a tan terrible enfermedad, pueden buscar el documental «Energy», de Michelle Heighway.
