El auge de las inteligencias artificiales (IA) es una realidad innegable en la actualidad. La presencia de esta tecnología se hace cada vez más patente en diferentes ámbitos, incluyendo el cine. Pero también es cierto que, a pesar de los beneficios que puedan aportar, la IA también suscita ciertos temores y preocupaciones.
En este sentido, el cineasta Joe Russo, codirector de la película Vengadores: Endgame de Marvel Studios, ha declarado que “todo el mundo debería tener miedo de la IA”.
Russo añadió que los profesionales del sector deberían tratar la IA como una herramienta a su servicio, en lugar de al revés. Es decir, deberían ser los creativos quienes encabecen el uso de la tecnología, y no al contrario. En este sentido, citó como ejemplo la carrera del cineasta James Cameron, que ha demostrado cómo el uso de la tecnología puede ponerse al servicio de los artistas.
Pero, ¿qué ocurre cuando son las corporaciones las que impulsan la adopción de la tecnología?
En este caso, la historia podría ser diferente. Y es que el uso de la IA es uno de los temas centrales de la huelga del Sindicato de Guionistas de Estados Unidos (WGA). La huelga comenzó el pasado 2 de mayo, tras el fracaso de las negociaciones contractuales con la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP).
El auge de la inteligencia artificial amenaza el futuro de la escritura de guiones, según los guionistas. Temen que la IA limite el número de puestos de trabajo disponibles para los guionistas en activo. En sus negociaciones con la AMPTP, el WGA ha argumentado que el contenido generado por los robots no puede considerarse “material literario” o “material fuente”.
En definitiva, parece que aún queda mucho camino por recorrer y legislar en lo que respecta al uso de la IA en el cine.
¿Será la IA un arma de doble filo en Hollywood? ¿Podrán los guionistas luchar contra el auge de esta tecnología? La respuesta aún está por verse.