La Inteligencia Artificial se ha convertido en una herramienta fundamental para la gestión forestal en todo el mundo. Gracias a ella, es posible hacer predicciones sobre la aparición de incendios o plagas, estimar la cantidad de carbono o madera en un bosque y tomar decisiones más informadas.
En la Conferencia Inteligencia Artificial y Gestión de Ecosistemas celebrada en Palencia, científicos de los cinco continentes se han reunido para debatir sobre la aplicación de la IA en la gestión forestal y agrícola.
Según el catedrático e investigador Felipe Bravo, la IA abre un mundo de oportunidades en la gestión forestal y agrícola. Los datos que proporciona la IA permiten detectar con mayor precisión plagas y enfermedades forestales, así como posibles incendios. Además, la IA se utiliza para estudiar la dinámica de los bosques y conocer la cantidad de carbono que se puede fijar con la producción de madera y otros productos.
Algunos investigadores ya están aplicando la IA al mundo forestal. El Doctor en Ciencias de Computación Spiros Michalakopoulus, por ejemplo, está desarrollando algoritmos que ayudan a detectar plantas enfermas y calcular la productividad de la madera. La argentina Eleana Spavento, por su parte, está investigando cómo los algoritmos de aprendizaje automático pueden mejorar la clasificación de la madera para obtener una evaluación más precisa de su calidad.
Aunque la IA ya está transformando la gestión forestal, Felipe Bravo reconoce que aún queda mucho por hacer para que estas herramientas se integren en el día a día de los gestores. Será necesario formar a las personas en el uso de estas nuevas tecnologías y reequilibrar el empleo.
La IA no sustituirá a las personas, pero es importante añadir el valor que las máquinas no pueden ofrecer.
