La noche del 26 de abril fue una de esas que se guardan con cariño, como un pequeño tesoro. Frente a más de 10.000 personas, más de 40 músicos en orquesta, 20 coristas, la experiencia de ver a Mägo de Oz en el Palacio Vistalegre Arena se convirtió en un espectáculo memorable. El Diabulus Opera II en este emblemático lugar fue una aventura musical única, que muchos jamás olvidarán.
El Palacio estaba casi lleno y el público ya calentaba motores con el clásico “Olé, olé, olé, Mägo, Mägo”, dejando claro que las ganas de ver a la banda. Apenas alguien del equipo técnico asomó tras escenario, la emoción explotó. Pocos minutos después, el telón se abrió para dejarnos sorprendidos: un escenario convertido en barco pirata, la orquesta y el coro en la popa, y la banda lista en cubierta para zarpar en esta travesía musical, diga de Brodway.

El inicio del concierto fue por todo lo alto con Alicia en el Metalverso, que muchos coreaban. Pero fue con Molinos de viento que literalmente el palacio tembló. La única nota amarga fue el sonido: las gradas laterales de Vistalegre tienen esa mala fama de hacer reverberar todo, y a veces las canciones se perdían, tanto que muchas veces la orquesta no se oía bien.
La noche se mantuvo encendida con Satania —junto a Tete Novoa—, Luna de Sangre con Israel Ramos, La venganza de Gaia, Diabulus in Música, Te traeré el horizonte, Por si un día te pierdes y La cantiga de las brujas.
Casi una hora después, Jorge Salán se lanzó un solo de guitarra, cerrando con un ritual de fuego donde sacrificó su instrumento para abrir paso a Gaia. Un momento que dejó a más de uno sin que decir.

El segundo acto arrancó con Desde mi cielo, Atlantia (¡primera vez en vivo, si no me equivoco!), Aquelarre —acompañado de bailarinas de danza irlandesa—, y El paseo de los tristes, donde invitaron a Péri. También se rindió homenaje con Y serás canción donde Big Simon y Carlos Escobedo estaban de invitados arrancando emociones genuinas de todos los presentes.
Cuando parecía que el show llegaba al final, nos sorprendieron con un cover de Jolene de Dolly Parton, seguido de Bandera Negra junto a Charly López. Pero no, todavía quedaba magia.
Mägo de Oz en el Palacio de Vistalegre: Un concierto épico que hizo gritar y saltar a todos
El tercer acto abrió con El vals de las almas rotas, donde un aquelarre de bailarinas irlandesas le puso emoción, más no sé si sentido al show. Luego, llegó el turno de La costa del silencio, uno de esos momentos en los que cantar a todo pulmón era obligatorio. Finalmente, como la cereza del pastel, Mägo de Oz cerró su Diabulus Opera II con Fiesta Pagana, en un estallido de gritos y personas coreando como nunca había oído antes.

Fueron casi tres horas de concierto, llenas de invitados, celebraciones, un público entregadisimo, incluso un pequeño susto cuando una persona del público se desmayó. Todo eso quedó grabado para la posteridad en un DVD… o como bromearon en el escenario:
«¿Alguien todavía tiene un reproductor de DVD en casa?»
Una noche larga, intensa y absolutamente inolvidable.