El nuevo single Sumerian Songs for the Dead llegó como una patada a la mesa entre los lanzamientos de metal de 2025, Nine Red Moons no es una banda recién llegada cualquiera. Este proyecto, formado por músicos de Brasil, Inglaterra, Polonia, Grecia e Italia tiene una mezcla fantástica de experiencia, sensibilidad y creatividad que solo ocurre cuando el metal se construye entre varias geografías y una misma pasión. Su propuesta nace de influencias clásicas como Iron Maiden, Queensrÿche y Metallica, tiene un pulso moderno, cálido, con identidad propia.
La canción respira como un ritual antiguo envuelto en guitarras afiladas, un bajo poderoso y una batería que golpea con precisión quirúrgica. Tasos Lazaris ilumina cada frase con una voz que alterna fuerza, dramatismo y un filo melódico que recuerda a Dickinson y Tate, pero sin imitaciones. Su interpretación se siente viva, directa, con ese toque emocional que hace que la historia detrás del tema se vuelva aún más intensa.
Un proyecto nacido desde la intuición
El corazón de Nine Red Moons es Eduardo Simões, quien escribió y produjo todo el material del proyecto. Durante la pandemia, el guitarrista encontró un algo creativo que lo llevó a componer sin pausa. Con el tiempo, fue invitando músicos que admira profundamente: Paulo Xisto, Hugo Mariutti, Tasos Lazaris, Felipe Machado, Alan Wallace, Val Santos, entre otros nombres esenciales de la escena del metal brasileño, griego y europeo. Todos ellos sumaron capas de fuerza, emoción y técnica sin recurrir a IA de ningún tipo.
Un viaje hacia la raíz de la muerte y lo sagrado
Sumerian Songs for the Dead toma inspiración en antiguos proverbios sumerios que datan del 4100 a. C. Este espacio espiritual atraviesa la melodía desde el inicio: guitarras que invocan desiertos, un teclado con aire progresivo a cargo de Juliano Dinelli, y un arreglo de solos donde Eduardo Simões incluso cita fragmentos de La flauta mágica de Mozart. Todo eso flota sobre un tempo firme y un bajo que se siente como si marcara los pasos de un cortejo de otro tiempo.
La portada, creada por Jean Michel (DSNS Art), muestra un funeral sumerio bajo nueve lunas rojas que arden como presagios. Es una imagen que condensa muy bien la vibra del tema: melancolía, misterio y belleza.
El resultado es un single impresionante, con un sonido que patea fuerte y un espíritu narrativo que engancha desde la primera escucha.
No Man’s Land y lo que viene en 2026
Su primer lanzamiento de 2025 fue No Man’s Land, un tema inspirado en la alegoría de la caverna de Platón. Eduardo Simões escribió todas las letras y se encargó de la producción general, mientras que la mezcla y master estuvieron en manos de Val Santos.
La banda lanzará un EP de seis canciones a inicios de 2026, y si estos dos primeros singles son una pista, el proyecto viene con un sonido maduro, detallado y lleno de identidad. Todo está cuidado: la mezcla, los arreglos, el timbre de cada instrumento, los visuales.
Una travesía por las sombras, los mitos y la memoria
El recorrido del EP se siente como abrir un libro antiguo escrito con guitarras, voces intensas y un pulso emocional que sube y baja con intención. Cada canción aporta un color distinto, pero todas comparten esa esencia cruda y humana que define a Nine Red Moons. Aquí va un vistazo claro y directo a cada capítulo.
Musashi: La puerta de entrada al universo del disco. Guitarras limpias dialogan con teclados en compases irregulares, creando una atmósfera meditativa inspirada en la filosofía del legendario samurái Miyamoto Musashi. Es un inicio sereno pero cargado de propósito.
No Man’s Land: Un riff contagioso marca el camino mientras la letra retoma la alegoría de la caverna de Platón. Todo fluye con naturalidad: voz nítida, producción firme y un groove que engancha al instante. Es la canción que te mete de lleno en el viaje.
Sumerian Songs for the Dead: El ritual del EP. Sonido clásico con alma progresiva, arreglos que respiran antigüedad y un vocalista que atraviesa el tema con una fuerza impresionante.
Archetypes: Oscura, pesada y melódica. Comienza con ecos de …And Justice for All y se transforma en una pieza que mezcla el espíritu de Black Sabbath con un coro sentimental y feroz.
Requiem: Un respiro instrumental que inicia con el violín de Julia Stein, delicado y enigmático. Avanza hacia un golpe thrash en compás 7/8 y muestra una de las estructuras más complejas del EP. Es una pieza que vibra entre lo clásico y lo agresivo.
Solaris: El cierre cinematográfico. Inspirada en la obra de Stanisław Lem, mezcla guitarras tipo Maiden, riffs duros y un bajo que ruge profundo. En vez de un solo tradicional, la canción opta por paisajes sonoros que se sienten como el océano vivo del planeta Solaris.
Cada canción empuja una historia distinta, pero todas mantienen esa identidad cálida y contundente que Nine Red Moons ya está dejando clara desde sus primeros lanzamientos.
