No Hay Con Quien, banda nacida en Bogotá, transforma su historia en un viaje musical con el lanzamiento de su primer EP, donde la energía del rock se mezcla con la melancolía y las preguntas de una generación que busca su lugar en medio del ruido.

Entre luces, tránsito y memoria
Formada por Joel Córdoba, Juan Felipe Daza, David Mejía y Juan Forero, la banda lleva más de dies años dando forma a su sonido. Su punto de partida fue la necesidad de expresarse sin filtros, desde lo que se vive y se siente en una ciudad que vibra sin pausa.
El EP, titulado No Hay Con Quien, abre con Caótica Belleza, una canción que late con la fuerza de las calles bogotanas. El videoclip, rodado entre avenidas, luces y rostros cotidianos, retrata la mezcla de afecto y crítica hacia una ciudad que duele y encanta al mismo tiempo.
A ese primer tema le siguen Erizos, Espiral, Paradigmas, Tinta & Papel y Ángel: seis piezas que se mueven entre la calma y la furia, entre la reflexión y la necesidad de soltar. Cada una tiene su propia respiración y demuestra el nivel de madurez de la banda en muchos sentidos.
Paradigmas toma como inspiración el mito de la caverna de Platón y propone una salida hacia la libertad interior. La voz, firme pero vulnerable, se apoya en una base eléctrica que crece hasta alcanzar un punto de liberación.
Por su parte, Tinta & Papel es un canto que guarda memoria. La banda transforma el dolor de la guerra en una melodía que invita a recordar, no desde la tristeza, sino desde la dignidad. Es una de esas canciones que dejan un silencio después, un espacio para pensar.
“Este EP representa lo que somos y de dónde venimos”, dicen los integrantes. Su música lleva influencias de Muse, Zoé, Telebit y Caifanes, pero se siente profundamente local.
El universo visual estuvo a cargo de Ángela Soracá y Juan Forero, quienes capturaron la esencia cruda y elegante del grupo. No hay artificio: todo respira naturalidad, desde la luz hasta la expresión. Esa coherencia entre imagen y sonido reafirma la identidad de una banda que entiende el arte como una conversación continua.




