El Arsenal consolidó su liderato en la Premier League tras superar a un West Ham United que llegó a ponerse por delante en el marcador gracias a un gol de penalti transformado por Said Benrahma. Los gunners, que se mostraron algo timoratos en el primer tiempo, encararon el segundo con una mentalidad mucho más ofensiva y, liderados por un gran Martin Odegaard, lograron completar una remontada que les permite mantenerse al frente de la tabla.
Flamante líder de la Premier League, el Arsenal reiniciaba esta noche la competición con la idea de sumar una nueva victoria que le permitiese consolidar su candidatura al título. Para ello, los gunners debían superar a un West Ham United que, pese al talento que alberga su plantilla, por el momento se ha visto abocado a la lucha por evitar el descenso.
Durante el primer acto, el choque respondió al guion esperado. Los locales apostaron por dominar la posesión y buscar la portería rival con un fútbol más asociativo, mientras que los visitantes, no dudaron en dejar hacer y esperar su opción para salir al ataque de una forma más directa y vertical.
Aunque fueron los de Mikel Arteta quienes acumularon más llegadas y dispusieron de algunas ocasiones claras para adelantarse en el marcador, el primer tanto del duelo llevó la firma de un futbolista de los hammers, Said Benhrama. El argelino fue el encargado de transformar un penalti decretado por el árbitro tras una acción en la que William Saliba derribó a Jarrod Bowen justo en la frontal del área (minuto 27).
El tanto acentuó el dominio local, pero lo cierto es que su superioridad con el balón no acabó de dar pie a nuevas ocasiones. De hecho, hasta el descanso, el meta polaco Lukasz Fabianski pasó completamente desapercibido, síntoma inequívoco de la incapacidad locales para traspasar la bien conformada línea defensiva de un West Ham que, tras el gol, apostó sin dudarlo por replegarse y defender la ventaja.
El Arsenal reacciona a tiempo y conserva el liderato
El paso por vestuarios nos devolvió un partido mucho más vibrante. De hecho, en apenas ocho minutos, se vivieron dos ocasiones muy claras, una por equipo, y el tanto que permitió al Arsenal igualar la contienda. El gol llevó la firma de Bukayo Saka, pero gran parte del mérito hay que adjudicársela a un Martin Odegaard que supo filtrar el pase en el momento oportuno y con la tensión adecuada.
El tanto animó a los locales a meter una marcha más y apenas seis minutos después, tras una buena acción colectiva, Gabriel Martinelli sumó el 2-1. El brasileño recibió un pase en el costado izquierdo del área y cuando todo el mundo esperaba el centro, incluido Fabianski, soltó un disparo ajustado al palo que el meta polaco, con cara de sorpresa, fue incapaz de repeler.
Aunque ya podía intuirse que el partido tenía un claro y único dueño, Eddie Nketiah disipó cualquier atisbo de duda en el 69. El joven delantero, que hoy debutaba como titular, recibió en la frontal de área -otra vez de Martin Odegaard-, giró sobre si mismo para sacarse de encima la marca del rival y con un disparo cruzado alojó el balón en el fondo de las mallas.
Tras el tercer tanto, el Arsenal dio por bueno el marcador y se dedicó a controlar un choque en el que además de exhibir talento y pegada dejó claro que, pese a la juventud de muchos de sus hombres, cuenta con la capacidad mental y el arrojo necesarios para solventar situaciones complicadas y resistir la presión. Aunque queda mucho, la sensación es que aquí líder para rato.