Rosetta West es una banda de blues rock nacida en Illinois que mezcla psicodelia, folk global y letras cargadas de simbolismo y espiritualidad. Su música tiene algo hipnótico, como si abriera puertas a otros mundos sin perder esa crudeza del rock clásico.
Al frente está Joseph Demagore, fundador, compositor, voz principal y responsable de las guitarras y teclados. Jason X no solo maneja el bajo y los teclados, sino que también coprodujo e hizo la ingeniería de sonido de Night’s Cross, el nuevo álbum del grupo, grabado de manera artesanal en una zona rural de Illinois. En la batería, Nathan Q. Scratch le da ese pulso entre lo ritual y lo explosivo que define el sonido de la banda.
Night’s Cross llega después de Labyrinth, el disco que lanzaron el año pasado con gran recepción. Aunque ambos mantienen una línea similar, esta nueva entrega se siente más cruda y con un peso mayor en la instrumentación. La muerte es un tema recurrente en las letras, pero lejos de ser un disco lúgubre, tiene una fuerza envolvente que lo hace difícil de ignorar. Si Labyrinth tenía momentos etéreos, Night’s Cross pisa más fuerte.
Entre sus canciones, «Dora Lee» se destaca como una historia de deseo y misterio. La protagonista es una figura esquiva y magnética, alguien que podría ser real o solo un espejismo en la mente del narrador. Es un rock directo y envolvente, con ese aire de enigma que la banda sabe manejar tan bien.
Rosetta West ha seguido su propio camino sin atarse a sellos ni fórmulas. Salvo un lanzamiento con Alive Records, han mantenido su independencia dentro del circuito underground, donde sus seguidores valoran su autenticidad. Su discografía, difícil de encontrar en físico, está disponible en Bandcamp, YouTube y otras plataformas, lista para quienes buscan sonidos que se salen de lo común.
