Un grupo de investigadores de Hong Kong y China ha desarrollado unos generadores de aromas que se integran de manera inalámbrica a las gafas de realidad virtual, permitiendo que el usuario pueda oler diferentes aromas mientras lleva a cabo actividades en universos virtuales. Este dispositivo libera las fragancias de forma precisa en un área localizada en menos de dos segundos y de acuerdo con el movimiento del usuario.
Este innovador sistema no solo reproduce el olor de una taza de café o de una copa de mojito en un videojuego, sino que también permite, por ejemplo, que un estudiante de botánica pueda aprender sobre diferentes especies de plantas a través del olor de sus hojas.
Xinge Yu, profesor de la City University of Hong Kong y uno de los autores del proyecto, afirma que «las interfaces olfativas podrían exhibir los avances de la realidad virtual y la realidad aumentada», al incorporar un nuevo sentido a las experiencias, que hasta ahora estaban limitadas a la visión, la escucha y el tacto. Además, esta tecnología podría utilizarse como método de comunicación alternativa o en tratamientos médicos y psicológicos, que necesitan provocar determinados recuerdos o sensaciones a través del olfato.
El generador tiene el tamaño de un chip de teléfono móvil y está compuesto por diferentes capas, incluyendo una cera de parafina mezclada con perfume; un activador térmico hecho de trazas de oro que utiliza el calor para derretir la cera y liberar el aroma; y un activador mecánico que controla la temperatura.
Los investigadores han presentado dos modelos en los que se integra este generador. El primero es una pequeña pegatina que se adhiere directamente a la piel debajo de la nariz, con dos opciones de olor. El segundo está hecho en formato de una máscara que puede integrar hasta nueve olores diferentes.
Los dispositivos han sido probados con 30 tipos de olores diferentes, que incluyen piña, jengibre, té verde, caramelo, golosinas y otros. Según Yu, se podría adaptar «cualquier tipo de olor», ya sea de alimentos, bebidas o incluso el perfume de una persona querida. «Se puede cambiar directamente el perfume mezclado en la cera para generar diferentes tipos de aroma sin ninguna modificación en el sistema», detalla.
Los investigadores estiman que esta tecnología podría comercializarse dentro de unos dos años integrada en las gafas de realidad virtual, con un coste adicional de unos 200 dólares estadounidenses (180 euros, en la conversión actual).