¿Qué harías si estuvieras loco?
Esa es la pregunta, a medio camino entre el juego y la confesión, que lanza Carlo Alberto en su primer single Se Fossi Matto. Una canción que no necesita levantar la voz para hacerse escuchar y que, con una mezcla de ironía suave y emoción genuina, convierte lo absurdo del día a día en pura poesía.
Con alma de cantautor clásico y una producción actual que acaricia en lugar de empujar, Carlo Alberto debuta mirando al mundo con esa lucidez que a veces solo da la locura. Se Fossi Matto no grita, no dramatiza, no se disfraza. Simplemente respira, observa, y canta. Lo hace con ternura, con humor y con una honestidad tan refrescante como necesaria.
Aquí, la “locura” no es una caída, sino una puerta abierta. Una forma elegante de contar lo que muchos callan: las contradicciones, las manías, los gestos torpes y las palabras que nunca salieron por miedo a no encajar. El “loco” es el que se atreve a ser él mismo sin filtros, y eso —en tiempos de poses y algoritmos— suena casi revolucionario.
Un estribillo que susurra verdades
«Se fossi matto ti lascerei andare, mi scorderei il tuo amore, e tutte le parole che ho pensato ma non ti ho mai detto».
El estribillo, susurrado más que cantado, se clava sin hacer ruido. Es una despedida sin dramatismo, una liberación emocional que no necesita artificios para dejar huella.
Se Fossi Matto es un debut que no juega a ser perfecto, sino verdadero. En lugar de buscar fórmulas, apuesta por la intuición. En lugar de gritar verdades, las susurra con clase. Y en lugar de impresionar, conecta.
Este primer paso de Carlo Alberto —tan íntimo como universal— abre una puerta a lo que promete ser una carrera coherente, valiente y profundamente humana. Porque cuando hay verdad, no hace falta nada más. Se siente. Y se queda.