La banda norteamericana pasó con su “X’s Tour” por la capital española como parte de los 17 conciertos pautados en el viejo continente.
Tuvieron que pasar 5 largos años para confirmar que la magia de Greg Gonzalez y compañía está más intacta que nunca. Nos regalaron una noche estrogénica, cargada de sonidos que recorren sus 16 años de carrera musical.
Tengo que confesar que no esperaba el lleno total del pasado miércoles 20 de noviembre; me imaginaba un WiZink Center “maquillado” para tapar parte de sus áreas, pero no fue así. Me encontré con un venue invadido de fieles que vestíamos de negro, y no precisamente por algún tipo de luto. Simplemente, esta banda de Texas nos ha enseñado que el Pop ambiental, el Shoegaze, e inclusive el Indie… ¡visten de negro!
Sonaba de fondo música de los 90’s mientras se iba llenando el coso madrileño, y cercano a las 21:30 sonaba el himno de los Depeche Mode, “Enjoy the Silence”, que, al finalizar, generó un grito masivo de los asistentes porque, inmediatamente, se apagaron las luces para iniciar una noche sublime, quimérica y utópica.
Una tarima simple y sobria le da paso a Greg Gonzalez, Jacob Tomsky y Randall Miller, quienes aparecen de la nada entre una nube de humo que se desnuda entre luces blancas, y se deja escuchar los sonidos de “X’s”, “You’re All I Want” y “Dark Vacay”. La hipnosis comienza a hacer efecto en los presentes y el stage sigue disparando humo como bocanadas infinitas.
Una pausa de bienvenida sin mucho más que decir le da paso a “Pistol”, “Nothing’s Gonna Hurt You Baby” —que fue de las más coreadas de la noche— y “Touch”.
EL SONIDO ENVOLVENTE DE CIGARETTES AFTER SEX LOGRA EL SIGILO EN MADRID
El lenguaje visual y corporal de la banda se centra en Greg Gonzalez, quien es dueño y señor de la hermosa voz que nos tuvo en mirada fija, sin parpadeo, gracias a sus movimientos en slow motion. Él nos vuelve a agradecer y nos regala el tema “Dreams From Bunker Hill”, el cual solo han tocado 3 veces durante toda la gira. Las bocanadas constantes de tarima se convierten en una alfombra blanca de humo con los contrastes de luz blanca para dar paso a una pantalla gigante de fondo que nos muestra la luna, la tormenta, la lluvia y siluetas de sus integrantes… Se deja escuchar “Tejano Blue”, “Sesame Syrup”, “John Wayne” y “Cry”, que se convierte en la punta del iceberg en ese momento del concierto.
Seguimos en nuestra noche monocromática, y se deja escuchar “Sweet” de su disco debut y homónimo, seguido de “Sunsetz”, que le da paso a una de las canciones más coreadas de la noche: “Heavenly”.
CIGARETTES AFTER SEX SABE DEJARNOS EN UN LÍBIDO MUSICAL Y NOS HACE DESPERTAR
El sonido de la banda en vivo es simplemente brutal. Muchos creerán que lo slowcore de la banda incide en ello; yo, particularmente, creo que escucharlos en directo me resulta mejor que en sus discos, ¡y vaya que sus discos son buenos!
Nada es eterno, por lo que vamos regresando a nuestro consciente y entendemos que falta poco para el fin, y, como todo… lo mejor para el final.
“K” es puro amor, y hace que las baterías de los móviles se vayan descargando al convertirlos en linternas que le dan un momento mágico al viaje sonoro.
Seguidamente, se viene “Dreaming of You” para darle paso al momento de entrega y fusión máxima entre el público y la banda. “Apocalypse” se transforma en ese coro hermoso que convierte a Madrid en la capital del Dream Pop e ilumina con bolas de cristal todo el venue.
“Your lips, my lips, Apocalypse”
El falso final viene acompañado con el regalo personal de Greg: el setlist impreso para un fan en primera fila y obsequiando pajuelas a unos cuantos más.
Siempre hay cabida para una canción más, así, como suena, “Opera House” le da final a una noche increíble donde quedó demostrado que, por mucho que digamos que la música se viste de colores, siempre el blanco y negro nos permitirá tener una escala de grises en nuestros sonidos.
Gracias, Cigarettes After Sex, por la velada. Esperamos, más tarde que temprano, volver a encontrarnos.