¿Puede un artista joven revitalizar el espíritu del rock en España en pleno 2025? Rodrigo Espeso, músico almeriense, se lo propone con su primer álbum Espeso, un debut que mezcla la fuerza de Led Zeppelin con la crudeza del grunge y la poesía heredada de referentes nacionales como Joaquín Sabina o Extremoduro. Con apenas unas semanas en circulación, este trabajo se presenta como una carta de identidad y, al mismo tiempo, como un homenaje al rock que marcó a varias generaciones.

Un debut que mezcla tradición y modernidad
Espeso usa las inquietudes del rock ochentero y dibuja panoramas sonoros que, si bien huelen al garaje de Ozzy Osbourne, mantienen una identidad propia que bebe a tragos largos del folclore almeriense y español.
El tema que corta el listón del álbum, Olmo, aborda una leyenda granadina y nos prepara para lo que viene: una vorágine que transita con naturalidad y furor entre grunge, rock y punk, sin miedo a incorporar arreglos de cuerdas y vientos más progresivos. Como un metrónomo agudo, digamos, que es al mismo tiempo compás y contrapunto.
Letras entre lo místico y lo cotidiano
El tracklist se siente más como una serie de fotografías sonoras que como una declaración de intenciones, y quizá ahí reside la mayor fortaleza del álbum. Rodrigo Espeso despliega una pluma grandilocuente que oscila entre lo críptico y lo literal, entre lo implícito y lo explícito. Esta dualidad está presente, como a pinceladas, a lo largo de todo el proyecto.
Ya lo charlamos en la entrevista que puedes ver aquí. Espeso se mueve entre dos registros vocales: la voz aguda y fina, casi como una cortina, aparece cuando canta a lo divino, mientras que el registro grave y rasgado brilla en lo cotidiano y mundano (véanse cortes como Parque y Tierra de arcén). Todo el imaginario que propone, el ethos, gira en torno a esa dualidad: lo místico y lo terrenal.
Amén: el corazón del álbum
Si tuviese que elegir un solo tema como carta de presentación, el ejemplo es claro. Amén, quizá el corazón del proyecto, es donde el maximalismo y las virtudes vocales de Rodrigo Espeso salen a la luz. Y no solo brillan: deslumbran. Más de veinte capas vocales, como una legión de ángeles, nos arrullan en un viaje electrizante. Los chillidos, acordes ácidos, distorsiones, ruido y texturas rugosas (muy a lo Led Zeppelin en Black Dog) mutan hacia pasajes cristalinos y ornamentales. El bombo que nos acompañó desde el inicio desemboca en un solo de guitarra que funciona como una ola encrespada, formando un vórtice sonoro hasta llegar al clímax.
El resultado es un viaje electrizante que deja al oyente suspendido, con la piel de gallina. Me encanta que aparezca poesía donde yo no la he escrito, dijo Rodrigo respecto a sus letras, que dejan espacio a la interpretación. Y siento que este álbum, que se aproxima con dignidad y respeto al oyente, es el terreno fértil donde la poesía no escrita florece. Por esto considero a Espeso un indispensable para cualquier interesado en el rock contemporáneo en español. Sin duda.
Rodrigo Espeso y la poesía no escrita
Me encanta que aparezca poesía donde yo no la he escrito, afirma Rodrigo. Y esa declaración explica por qué Espeso no solo suena como un disco de rock, sino como un espacio fértil donde la interpretación personal del oyente completa la obra.
Por eso, este debut se siente como un indispensable para cualquier amante del rock contemporáneo en español. Rodrigo Espeso entrega un álbum que respeta la tradición, pero, al mismo tiempo, busca abrir un nuevo camino en el panorama del rock español.