Como todos saben, el cine es arte y su esencia radica en crear historias desde el mundo creativo de guionistas y directores. Este estará sujeto a la interpretación de quien observe el producto final, que será una película, destacando así su gran virtud en la subjetividad. Cada uno formará una idea propia sobre ella. El género de terror es el más debatido, ya que cada persona percibe estas películas de manera diferente. En esta crítica hablaremos de lo que fue ver Late Night With the Devil.
Late Night With the Devil: ¿Es terror de verdad?
Y es que es aquí donde surge lo exquisito del cine de terror: lo que puede resultar espeluznante para uno, será absurdo para otro. Esto genera encuentros entre conocidos que debaten sobre películas como «Midsommar« de Ari Aster o «MEN« de Garland, considerándolas extrañas. Algunos se aburren con filmes como «It Follows«.
Imagina que una maldición se transmita como una enfermedad venérea en una noche de sexo ocasional. O considera el filme «Irreversible« de Noé, que plantea temas impactantes. Esto demuestra las diversas aristas del cine de terror, más allá de slasher, muertos vivientes, hombres lobo o vampiros.
El tributo a los ‘70 y ‘80 de parte de Colin y Cameron Cairnes
«Last Night With the Devil«, un filme de los hermanos australianos Colin y Cameron Cairnes, ha dividido a críticos y espectadores, algunos la consideran película de culto y otros la tildan de bodrio. Es un tributo al cine serie B de los ‘70 y ‘80, con detalles auténticos como la relación de aspecto 4:3, la paleta de colores y el lenguaje de esa época.
El filme no se centra en asustar con jump scares, sino que es una crítica social hacia nuestra manipulación por los medios, incluidas las redes sociales e influencers. Tiene una moraleja clara en su final.
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