InicioReseñasDuncan Dhu conquista Noches del Botánico

Duncan Dhu conquista Noches del Botánico

La ciudad puede esperar. Al cruzar el umbral del Real Jardín Botánico Alfonso XIII, uno siente que Madrid baja la velocidad. Noches del Botánico, reconocido hace apenas unos días como Mejor Evento Musical del Año por la Academia de la Música de España, no se limita a ofrecer conciertos: propone una experiencia completa, donde la naturaleza, la sostenibilidad y la música se abrazan sin forzar nada.

Noches del Botánico ofrece, año tras año, un paréntesis necesario. Su ubicación dentro de la Universidad Complutense de Madrid, sigue siendo uno de los grandes aciertos de este festival y otro es el cartel de lujo, con una propuesta que prioriza la experiencia en toda su amplitud.

Hamacas repartidas estratégicamente en las amplias zonas verdes, el espacio de Momentos Alhambra, rutas sombreadas, gastronomía con criterio, staff muy atento, una zona de artesanía con identidad propia y un respeto absoluto por el entorno natural. Aquí la música no se impone: fluye. Y se agradece. Escenarios que no invaden sino que dialogan con el entorno con una acústica envidiable. No hay prisa, ni empujones, ni necesidad de postureo. Solo ganas sinceras de escuchar, vivir y compartir. En este contexto se dio una jornada doble que dejó huella.

Red Moon Yard: introspección budista eléctrica

A las 20:00,  Red Moon Yard abrió fuego con Mantra, envolviendo el recinto en una atmósfera contemplativa e inquieta. El proyecto liderado por Marcos Fermoselle es una ceremonia musical que va tomando forma en cada riff.

La banda de rock budista, presentó a Madrid temas de su disco Pureland, como She,  Weird Song, Queen of my Sorrows, entre otros, y todos marcados por una precisión sonora impecable, juegos de guitarras afiladas, con pedal steel guitar incluido y un aroma de poesía rockera que se siente sincera. Un grupo que, con cada directo, gana adeptos. Al final, una gran y merecida ovación.

 Duncan Dhu Noches del Botánico
Foto: Fer González @fergonzalez_photo

Duncan Dhu: 40 años y el corazón intacto

Cuando el día se despedía y el cielo se teñía de azul violeta, arrancó la Intro que anunció lo que todos esperaban. A las 22:00 clavadas, con el escenario ya transformado en un salón cálido gracias a columnas de luz adicionales, numerosas alfombras y una iluminación que jugaba entre lo retro y lo elegante, Duncan Dhu tomó el escenario.

Arrancaron con Capricornio, para repasar en la mágica velada, cuatro décadas desde que empezaron a caminar. Un Mikel Erentxun vibrante, vestido con su clásica elegancia de cantante eterno, fue guiando al público por un viaje emocional eterno. El sonido fue claro, robusto, equilibrado. Y lo mejor: la banda, engrasada, se notaba que disfrutaba.

Lo que siguió fue un repaso generoso a una discografía que es parte del ADN de varias generaciones. Una calle de París, Rosa gris, Siempre (al abandonarnos), Entre salitre y sudor, A tu lado… cada una recibida con aplausos y coros. Entre el público, familias enteras: abuelos, madres, nietos. Todos con las letras en la punta de la lengua.

Mikel, caraqueño de origen, posee la fuente de la eterna juventud, buscada incesantemente por Ponce de León y, transmite amor por su profesión en cada canción. En un momento clave, anunció con calma: Esta es mi favorita del repertorio. Se llama Desnuda.

Uno de los momentos más emotivos de la noche llegó cuando el frontman homenajeó a Pau Donés (Jarabe de Palo) por su quinto aniversario de fallecimiento, con una versión sobria y profundamente sentida de Agua. Fue un instante de conexión total, respeto y memoria. En un par de temas se sumó Marina Iniesta, aportando voz y guitarra con sutileza y buen gusto.

Final apoteósico con los himnos de siempre

El tramo final fue una fiesta sensorial. A esas alturas, nadie miraba el reloj. No puedo evitar pensar en ti, Esos ojos negros, Jardín de rosas, Cien gaviotas y En algún lugar sacaron lo que quedaba en la garganta de todos. Duncan Dhu interpretó canciones vividas, tocadas con respeto y con una frescura que se percibe innata. Homenajeando su propio legado.

Antes de finalizar, quiero agradecer especialmente a Juan Carlos Moreno por su trabajo y profesionalidad para que podamos realizar nuestra labor, a todo el staff del festival, a Noches del Botánico y a Fer González por las fotografías que acompañan esta crónica.

Entre aplausos y vítores la banda se despidió celebrando los primeros cuarenta años de trayectoria y dispuesto a repetir esta noche una actuación histórica. El público de Madrid no se fue. Algunos se quedaron paseando, otros pidieron una última copa, unos cuantos simplemente miraban el escenario vacío como quien intenta que el momento dure un poco más.

 Duncan Dhu, historia viva de la música. ¡Feliz 40º aniversario!

Comenta con tu Facebook!
300x600

Subidas Recientes

Compra tu hosting ya!
arepavolatilpng 2
Resumen de privacidad

Con su acuerdo, nosotros y nuestros socios usamos cookies o tecnologías similares para almacenar, acceder y procesar datos personales como su visita en este sitio web. Puede retirar su consentimiento en cualquier momento haciendo clic en "Configurar" o en nuestra Política de Cookies en este sitio web.

Nosotros y nuestros socios hacemos el siguiente tratamiento de datos: Almacenar o acceder a información en un dispositivo, Anuncios y contenido personalizados, medición de anuncios y del contenido, información sobre el público y desarrollo de productos, Compartir tus análisis de navegación y grupos de interés con anunciantes y otros intermediarios del mercado publicitario, Datos de localización geográfica precisa e identificación mediante las características de dispositivos