Perturbador viaje a la mente
No había tenido chance de ver El Faro, por causas que aún no recuerdo. Pero al fin pude ver este increíble ejercicio de impresionismo que el director Robert Eggers nos regala a este mundo del entretenimiento cinematográfico cada vez más alejado del arte como tal, y más sumido en banalidades sin trascendencia alguna.
El director Eggers imprimió en cada fotograma una belleza que aturde con cada elemento que la integran. Cargadas de un carácter onírico y filosófico que hablan por si solas. No hay un solo encuadre que no sea arte llevado al cine. Cada toma es un ingrediente necesario y justo, que van creando este monstruo que va engullendo de a poco al espectador. Sumergiendonos en esa agreste isla que es imagen paralela de la esquizofrenia de uno de los personajes del filme. Todo esto es posible con la peculiar forma de dirigir de Eggers.
Las demoledoras actuaciones de Dafoe y Pattison son una delicia digna de estudio en clases de actuación. Muy atrás y en olvido quedó aquel Pattinson de la saga Crepúsculo. Aquí demuestra estar a la par de Dafoe. Ya sabemos que nos seguirá dando muchas buenas actuaciones.
Toda esta serie de elementos no estarían completos sin la genialidad que hizo Mark Korven para darle a El Faro un perturbador soundtrack.
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