El Reino Unido está evaluando una propuesta que podría cambiar las reglas del juego para los artistas y creadores. El gobierno considera permitir que las empresas tecnológicas utilicen material protegido por derechos de autor para entrenar inteligencias artificiales, siempre y cuando los creadores no se opongan explícitamente. En pocas palabras, tu obra podría terminar en manos de algoritmos, y quizás mañana una IA pueda escribir, componer o incluso cantar como Paul McCartney o Elton John. La pregunta es: ¿hasta dónde estamos dispuestos a llegar con esto?
Elton John, en una entrevista con The Sunday Times, dejó claro su rechazo a esta idea: «Esto abrirá la puerta para que las grandes empresas tecnológicas usen el trabajo de los artistas sin compensación, creando música que directamente competirá con ellos. Es un golpe directo a los ingresos de los músicos más jóvenes y una amenaza para el futuro de la música como profesión”.
Para Elton, el impacto va mucho más allá de la economía de los artistas: «Si no protegemos los derechos de autor de forma firme, el Reino Unido podría perder su posición como referente global en artes y cultura popular. Estamos hablando de poner en riesgo todo un legado”.
La propuesta ya ha encendido alarmas en la comunidad musical, donde se teme que esta práctica pueda desequilibrar la balanza a favor de las tecnológicas. Sin embargo, una idea alternativa también está sobre la mesa: permitir que los creadores decidan si quieren que sus obras entren en los sistemas de IA. Esto, al menos, pondría algo de poder en manos de los artistas.
Aunque la discusión apenas comienza, está claro que el resultado podría definir cómo convivirán la música, los derechos de autor y la inteligencia artificial en los próximos años. ¿Un progreso inevitable o un límite que no debería cruzarse?