El exlíder de Héroes del Silencio explicó en una entrevista para la agencia The Associated Press que desde el segundo concierto de su última gira empezó a padecer problemas especialmente por la noche: «Tenía una tos compulsiva que me impedía conciliar el sueño. Me destrozaba la garganta y sentía como si hubiera respirado arena, algo que me provocaba una sensación en los pulmones«, confesó.
El gran interrogante era el motivo por el cual solo presentaba síntomas al tocar en directo, sin experimentar nada cuando grababa en el estudio o colaboraba con otros artistas. Solo en el escenario había problemas.
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Covid-19, contaminación, pánico escénico, todo pasaba por su mente. Bunbury no sabía por qué había empezado a tener problemas de garganta, algo que lo llevó a suspender su gira y anticipar su retirada: «Me es imposible hacer más conciertos», dijo cuando vio que no podía seguir cantando. Preocupado por su salud, el cantante comenzó hace ya un año múltiples análisis y pruebas médicas. La causa no es otra que una intolerancia a una sustancia. Para ser exactos, al glicol, un químico presente en la mayoría de los efectos de humo que se utilizan en los escenarios.
Con más de 35 años de experiencia musical y cientos de actuaciones realizadas, Enrique Bunbury descubre una enfermedad profesional que desconocía hasta ahora, un descubrimiento que el cantante describe como «traumático y frustrante«.
El dolor del retiro de los escenarios
Bunbury anunció que dejaría de subir a los escenarios a causa de sus problemas de garganta. Después de un año, regresó lleno de tristeza por no poder compartir su música con el público. Valora el vínculo entre las personas y el artista en un concierto, ya que no es solo un acto promocional, es un momento de comunicación y de vivenciar tus canciones.