Este documento, titulado «Digital payments connecting businesses and people in rising economies. An overview of online commerce in Latin America and Africa», presenta datos interesantes sobre los hábitos de los consumidores. Un hallazgo importante es que los jugadores latinos solo gastan un promedio global de $28 dólares, lo que es mucho menos de lo que cuesta un juego nuevo para consolas. En el caso de México, el 45% de los jugadores menores de 25 años solo descargan títulos Free-to-Play (F2P), es decir, juegos gratuitos con micropagos.
En Brasil, el porcentaje de jugadores que solo descargan títulos Free-to-Play (F2P) es del 40%, mientras que en Colombia es del 55%. Uno de los factores que contribuyen a esto es el alto precio de los videojuegos.
Otros factores que también influyen en el aumento del consumo de juegos Free-to-Play (F2P) entre los latinos son el miedo a realizar compras en línea y la falta de acceso a tarjetas de crédito. Por esta razón, muchos latinos adquieren o pagan por sus juegos F2P a través de sistemas de pago alternativos y carteras digitales.
Los juegos para móviles son los más populares en América Latina, ya que ofrecen acceso gratuito y micropagos reducidos, y en algunos casos, con anuncios. Los jugadores valoran esto.
¿Qué otros hábitos tienen los latinos además de videojuegos Free-to-Play?
Un hallazgo importante del estudio del Foro Económico Mundial es que, además de preferir los juegos Free-to-Play (F2P), los jugadores latinos son los que más tiempo pasan en línea. No solo disfrutan del multijugador de sus títulos, sino también de las redes sociales y las transmisiones en vivo. Esto lleva a algunas predicciones sobre los creadores de contenido y los jugadores profesionales radicados en América Latina.
De acuerdo con las tendencias, el volumen de pagos para los juegos mencionados debería aumentar un 60% en América Latina, alcanzando los $61 mil millones de dólares en 2025. Sin embargo, lo que limita el crecimiento de los videojuegos en esta región es la situación económica de los países y el nivel de ingresos de sus habitantes. Aunque a los jugadores les atraigan los juegos más sofisticados, simplemente no tienen el dinero para comprarlos.