No todos los días te encuentras con una joya enterrada en el torbellino de lanzamientos. Facing the Ruin, de Out of Order, apareció directo en mi radar mientras navegaba por Groover. Lo escuché por pura curiosidad, pero fue como abrir una puerta a la vieja escuela del thrash, esa que patea duro pero con clase.
Publicado en 2019, Facing the Ruin suena fresco incluso hoy. Tiene ese filo afilado que no se oxida, con guitarras y voces que no necesitan gritar para dejar huella. Desde Self Deception hasta The Sniper, el álbum se mueve con precisión casi de médico: riffs muy rápidos, bases contundentes y una vibra cruda que no pierde dirección.
Ni el tiempo los desgasta porque solo afilan su sonido
Out of Order, nacidos en Mosbach (Alemania) en 1991, tiene más de 30 años dándole forma a un thrash melódico que respeta su raíz, pero le mete alma propia. En la formación siguen al frente Thomas “Tom” Bauer en guitarra y Thorsten “Brauni” Braun en la voz, dos pilares que no han soltado el volante desde el inicio.
Facing the Ruin se siente como un disco pensado para el vivo. Esas canciones tienen textura de pogo, sudor y gritos de adrenalina. No es producción plástica: es metal que camina, respira y se entrega.
Con más de 250 shows encima, Out of Order ha recorrido escenarios con la misma fiereza con la que empezó, y eso se escucha. En la alineación actual están Denis Kuntner en bajo y Leonhard “Leo” Werthebach en guitarras. La batería sigue a la espera de un nuevo guerrero, pero el motor sigue encendido.
Desde su demo Eye Protection Required en 1994, pasando por Powered by Aggression (1998) y Back in Hell (2003), cada disco ha sido un ladrillo en la casa que han construido con paciencia y corazón. Con influencias como Slayer, Testament, Metal Church y el espíritu de Kreator, el sonido de Out of Order es un homenaje que no copia: se apropia, moldea y lanza.