El exproductor de Hollywood Harvey Weinstein ha sido condenado a 16 años de prisión por abuso sexual y violación de una modelo italiana en el año 2013. El Tribunal Superior del condado de Los Ángeles dictaminó la sentencia después de encontrarlo culpable en el juicio. Esta condena se suma a otra de 20 años que ya tenía el antiguo magnate por otro caso similar.
Weinstein, quien fue uno de los magnates más importantes de la industria cinematográfica en Hollywood, ha sido objeto de múltiples acusaciones de mujeres que denunciaron tocamientos, abusos y violaciones en medio de una ola de denuncias dentro del movimiento #Metoo.
Durante la sentencia, el exproductor intentó apelar a la jueza encargada del caso asegurando que era «inocente» y que «nunca» violó ni agredió sexualmente a nadie. Sin embargo, estas palabras hicieron que la víctima llorase frente al tribunal mientras las pronunciaba.
El testimonio de la víctima fue clave para el juicio. La actriz y modelo italiana afirmó que «antes de esa noche era una mujer muy feliz y segura de sí misma. Me valoraba a mí misma y la relación que tenía con Dios». Pero concluyó que «todo cambió después de que el acusado me agrediera brutalmente. No hay pena de prisión lo suficientemente larga para deshacer el daño».
A pesar de los intentos de los abogados defensores de rechazar la sentencia y provocar un nuevo juicio que retrasara la condena, la jueza encargada del caso desestimó esta estrategia y confirmó la sentencia.
La condena de Weinstein ha sido vista como un hito en la lucha contra el acoso y la violencia sexual en la industria del entretenimiento, y ha sido recibida con satisfacción por muchas de las víctimas que denunciaron su comportamiento. Sin embargo, también ha generado controversia y debate sobre los límites de la justicia y la responsabilidad individual en casos de violencia sexual.