No estuve equivocado cuando di mi opinión sobre la delgada línea por donde estaba caminando Amazon al querer hacer una serie del fantástico universo mágico creado por Tolkien. Éste se estará revolcando en su tumba, y el señor Peter Jackson debe haber reído y sentido mucha pena ajena por este despropósito.
«Los anillos de poder» quiere ser tan grande como la trilogía creada por Jackson para el cine, pero se queda en el arranque. Los personajes son interpretados por actores que carecen de la calidad interpretativa y presencia de un Mortensen, Ian McKellen, Bloom, Wood o Blanchett. Nada más quien da vida a Galadriel en esta serie es tan insípida y banal que le resta valor a lo que representa este personaje en la trama. Es una lástima. El único actor que llega a tener poder interpretativo es Daniel Weiman, en el papel de Extraño.
La fotografía es lo poco que podríamos salvar de la serie, pero Bayona y el resto de los directores hacen uso de ella para intentar crear momentos épicos con paisajes generados por computadora, que terminan pareciendo un spot publicitario de banda de heavy metal.
Tráiler de Los Anillos de Poder:
Para ser una de las producciones con el presupuesto más abultado de la historia, «Los anillos de poder» se queda en un simple anhelo de lo que pudo ser una gran serie épica y fantástica. Y, para cerrar, ya me tienen podrido por todos lados con la inclusión forzada.
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