El cantautor gallego Luis Fercán vuelve a abrir en canal su mundo interior con Cristales, el primer adelanto de su próximo disco. Este lanzamiento marca una nueva etapa en su carrera, una donde la fragilidad se convierte en fuerza y la intimidad sonora se transforma en un puente hacia lo colectivo. Con un sonido cálido, cercano y directo al corazón, el tema ya está disponible en todas las plataformas digitales.
Cristales: cuando el amor se rompe sin hacer ruido
Si los dos estamos mal, ¿por qué tomamos esta decisión? Así arranca Cristales, una frase que condensa la esencia de la canción: la desorientación que queda cuando el amor se derrumba sin previo aviso. Compuesta entre el vaivén del mar gallego y la quietud de las montañas asturianas, Cristales nace del silencio posterior al colapso. Una meditación sincera, escrita en la galería de casa y compartida luego con quienes han formado parte del refugio emocional de Luis Fercán.
Grabada de forma orgánica en el salón de Nacho Mur, productor y multiinstrumentista de La M.O.D.A., la canción respira naturalidad. A la guitarra principal se suma la voz de St Woods en unos coros que abrazan con ternura. Esa conjunción da lugar a un tema que emociona por su honestidad y por la aparente sencillez con la que logra tocar fibras profundas.
Una conexión que crece canción a canción
El tándem creativo entre Luis Fercán y Nacho Mur se consolida como uno de los más auténticos del panorama folk alternativo español. Inspirados por bandas como Pinegrove o Hailaker, apuestan por una producción desnuda, donde cada elemento suena como si ocurriera en tu propio salón.
A día de hoy, Luis Fercán supera los 104.000 oyentes mensuales en Spotify y cuenta con una comunidad de más de 43.000 seguidores en Instagram. Su presencia escénica es magnética: agota entradas en cada ciudad que pisa, y deja una estela de conciertos que más que shows, son encuentros emocionales.
Cristales no solo anticipa un nuevo álbum. Es también la cristalización de un momento vital, una pieza delicada que demuestra que, a veces, lo más íntimo es lo más universal.
