Un libro que contiene la memoria fotográfica de una generación rebelde.
Ni antes ni después, que bien podría llamarse A la hora justa, porque bastante se estiró el tiempo para que los fanáticos abrazáramos esta joya, ya que han pasado más de tres décadas desde la disolución de Sentimiento Muerto, pero su espíritu sigue latiendo en la movida del rock venezolano. La banda, activa entre 1981 y 1992, marcó a toda una generación con su sonido punk y new wave, y hoy continúa inspirando a nuevas audiencias y agrupaciones.
El pasado 29 de octubre, el bar Dos Puntos, en Caracas, se convirtió en el epicentro de un emotivo reencuentro; varios fanáticos, periodistas y músicos se congregaron para revivir, por una noche, la música de la agrupación a través del grupo The Clutch y una selección de DJs. El ambiente, cálido y nostálgico, contrastaba con la estridencia de los locales ochenteros donde Sentimiento Muerto forjaba su identidad.
Vía internet, José “Pingüino” Echezuría, exguitarrista, explicó que se trata de una edición limitada de 120 copias en tapa dura, cada una con certificado de autenticidad y que incluye un parche original de la banda. Asimismo, el exbaterista, Alberto Cabello, coautor del libro, apuntaba detalles sobre este. En persona, Ervin Schaffer “Wincho”, exbajista de la banda, comentaba anécdotas y aportaba mucho de su buena onda a los fanáticos, que se desbordaban en preguntas.
Cada capítulo del libro corresponde a una era particular de la banda y a las distintas formaciones que la integraron. Desde sus inicios en 1981, cuando Alberto Cabello, Cayayo Troconis, Pablo Dagnino y Luis Poleo eran apenas adolescentes influenciados por el punk británico, hasta su consolidación como grupo de culto en Caracas. Luego se sumaron Wincho Schaffer, Héctor Castillo y Sebastián Araujo.
La obra no solo documenta la evolución musical, sino también la transformación estética y artística de la agrupación: de ser un grupo de amigos descontentos con la sociedad hasta convertirse en referentes con una imagen internacional y profunda.
SM, la primera banda venezolana en MTV y en CBGB
El lanzamiento del libro coincidió con otra sorpresa: el lanzamiento en plataformas digitales de En Vivo NYC 1990, un registro histórico del concierto que la banda ofreció en el legendario club CBGB de Nueva York. Allí, Sentimiento Muerto se convirtió en la primera agrupación venezolana en pisar ese escenario, compartiendo el mismo espacio que alguna vez vibró con Ramones, Blondie y Patti Smith.
Durante años se creyó perdida la grabación completa del show, pero, en el proceso de investigación para el libro, Cabello encontró la pista original. Este es uno de los mejores momentos de la banda. Está tocando desenfadada, cómoda en su piel, en plena madurez, recordó emocionado.
Cabe destacar que El Payaso fue la primera vez que una banda venezolana salía por MTV, ese video que marcaba un antes y después para el rock nacional en aquel canal que recientemente apagó su señal, pero que en aquella década era la cumbre de lo audiovisual en materia de música en el planeta. Qué bueno es recordar la primera vez en que los nuestros salían en la pantalla de aquel canal, y hablo en primera persona.
Sin redes sociales, sin publicidad, pero siempre a casa llena
Sentimiento Muerto no solo fue una banda: fue un fenómeno cultural; con sus placas El amor ya no existe (1987), producido por Fito Páez, y Sin sombra no hay luz (1989), lograron consolidarse en la radio y televisión venezolana. Su participación en eventos como Encuentro en el Ruedo, junto a Zapato3 y Desorden Público, marcó un antes y un después en la historia del rock nacional.
Prohibido olvidar aquel encuentro internacional, el Iberoamericano del Rock, que tuvo lugar en el Cinemóvil Cafetal, en donde Sentimiento Muerto participó entre los locales, compartiendo esos 5 días de fiesta y música con las bandas más importantes de la movida del rock hispanoparlante del momento.
Además, esos casa llena a punta de boca en boca y panfleteo son la muestra incuestionable de una de las fanaticadas más fieles y entregadas; no había cuña ni redes, algo así como los Redonditos de Ricotta, en Argentina, un séquito fiel a ultranza que ni los peinillazos ni las jaulas los alejaban de su banda de culto.
Esta joya continúa disponible, y no imagino mejor presente para un fiel creyente de que Sentimiento Muerto será perpetuo, como el alma de Cayayo.
