Lo has visto por todas partes. Es el juguete de moda al que, parece, no se le resiste ningún niño o niña, pero tampoco muchos adultos. El gusto por explotar burbujas de plástico ahora se ha convertido en una afición comercializada que refuerza una realidad: la necesidad social de encontrar calma.
Cientos de formas de goma que incluyen pequeñas protuberancias que se pueden empujar con los dedos hacia adentro y hacia afuera, produciendo un sonido que podría interpretarse como «pop» y ya sabemos que “cuando hace pop ya no hay stop”. Eso es exactamente lo que conocemos ahora como «pop-it», que podría traducirse como “apriétalo”. Un juguete que no tiene edad, un objeto de relajación y estímulos que se ha viralizado a través de ‘Tiktok‘ pero que, en realidad, tiene mucha más historia.
Theo y Ora Coster, un matrimonio unido desde hace más de sesenta años, son los creadores de este, pero también de otros muchos juguetes míticos con los que todos hemos jugado. ¿Recuerdas el ‘Quién es quién’, el tablero de caras que adivinar? Ellos lo hicieron posible.
Un invento de hace décadas
Se casaron en 1957 y ambos tenían en común otro amor: el de los juguetes. Se aficionaron juntos al Bridge, tanto que llegaron a participar en numerosas competiciones. Para entonces, Theo trabajaba en la industria petrolífera y del plástico como ingeniero químico. Nacido en Ámsterdam en 1928, fue compañero de clase de Ana Frank.
Años más tarde, durante su huida en moto, conoció a Ora. Había atravesado Palestina, y se encontraba en territorio ya entonces en manos de proclamas israelíes. Ora era profesora de arte, y juntos comenzaron su propio camino de creatividad aunque las guerras no se detuvieran. «La pareja comenzó produciendo cosas para que las empresas las regalaran como obsequios, incluido un palito de helado muy exitoso que también funcionaba como un juguete de construcción», sostiene King. Fue así como reunieron el dinero necesario para iniciar su propio proyecto.