Un arranque multicolor de ritmo en la primera jornada
El Auditorio Miguel Ríos en Rivas Vaciamadrid, se engalanaba temprano, para recibir a los fans que se darían cita en la primera jornada del Festival Rio Babel en su 8ª edición. Los rayos de un sol tenaz y eterno en julio comenzaban a templar el terreno. Un cartel colosal daba la bienvenida: Edición 2025. La travesía estaba en marcha. Desde Arepa Volátil, nos zambullimos en una primera jornada vibrante, tan diversa como magnética, en la que los sonidos urbanos, tropicales, clásicos y futuros se entrelazaron con honestidad.
Cuatro escenarios, una zona de gastronomía impecable (destacamos el espacio de CEAR con su propuesta Acoge un Plato, solidaria y deliciosa), un gran equipo técnico y más de 25.000 personas dispuestas a bailar, sudar, emocionarse y dejarse llevar. Así arrancó el Festival Río Babel en Madrid.

Reyna Tropical y la apertura con alma
La mexicana afincada en Los Ángeles, Reyna Tropical, tuvo el honor de cortar la cinta sonora del festival en el escenario SMUSIC. Llegó puntual, sonriente y conectó de inmediato. Sonaron Cartagena y Como fuego, y con ellas, una ráfaga de calidez se esparció entre los primeros asistentes. Su propuesta fusiona el sentir latino con paisajes electrónicos cargados de textura. El público, curioso al principio, terminó bailando en trance. Arranque perfecto.

Clásicos que no envejecen: Bacilos y el guiño a la nostalgia
Con el sol ya maduro, Bacilos tomó el escenario con un setlist infalible. Caraluna, Tabaco y Chanel, Pasos de gigante… Cada acorde era una invitación a recordar. El violín en directo aportó una dimensión distinta, más íntima y festiva. El clímax llegó con la aparición de TIMØ para interpretar Salvavidas. Y justo cuando parecía que el momento no podía escalar más, sonó el mítico Mi primer millón, enlazado con un guiño a Un montón de estrellas de Polo Montañez. El recinto entero cantó como si la memoria se escribiera en tiempo real.

La vida sin ti y todo con ella: el poder escénico de Lia Kali
En el escenario SMusic, Lia Kali elevó la intensidad emocional. Llegó escoltada por un cuerpo de baile y una doble sección de percusión que marcó cada paso. Sentada en el centro como en su trono particular, desgranó sus versos con soltura, fuerza y agradecimiento. La vida sin ti cerró su show, convertida ya en bandera de una generación que la sigue de cerca. Desde abajo, solo caras entregadas y aplausos firmes.
Risas y crítica: un oasis en el Babel Comedy
La carpa del humor reunió a varios pesos pesados. Joaquín Reyes, siempre afilado, encabezó un cartel que también incluyó a Ernesto Sevilla, Gersanc, Carmen Romero, Fede Cyrulnik y Bianca Kovacs, todos presentados por el irreverente Iggy Rubin. Humor inteligente e ideal para refrescar mente y alma entre concierto y concierto.
Fiesta de exportación: Mr Kilombo lo hace fácil
Poco después, en el escenario AMBAR, Mr Kilombo desplegó su energía infecciosa. Ritmos cruzados —rumba, pop, funk, cumbia— servidos con una sonrisa permanente. El momento más vibrante llegó con Sinmigo, cuando todo el suelo se volvió pista de baile. Ellos, cada vez más sólidos, van conquistando territorios a base de autenticidad y talento.
Zona gastro y relax
Algunos fans se acercaban al interesante stand de MerchandTour para adquirir sus trofeos y llevarse un recuerdo. Otros alimentaban su cuerpo, el espíritu se nutría de los artistas y sus grandes actuaciones y otros se ponen frente a los gigantescos ventiladores con vaporización para refrescar sus huesos.
Hay zonas habilitadas para degustar nuestra comida favorita con mesas y bancos, que se encuentran al resguardo del calor bajo enormes carpas blancas y con suelo de césped artificial. Este año, el festival Rio Babel dispone de cuatro escenarios: Johnnie Walker, SMusic, AMBAR y el Babel Comedy, para que el respetable pueda disfrutar cómodamente de sus artistas favoritos, conocer a nuevos y prestar especial atención a los emergentes.

Cypress Hill: leyenda viva, liturgia colectiva
El anfiteatro se transformó en historia musical. DJ Lord abría fuego con un set de remixes de Led Zeppelin y la emoción en el aire era palpable. Cuando Cypress Hill apareció, la escena fue cinematográfica: miles de brazos en alto, cabezas moviéndose al ritmo de Insane in the brain, Hits from the bong o Tequila Sunrise. Lo de B-Real y Sen Dog fue precisión quirúrgica y fuego sagrado. La acústica del auditorio permitió una experiencia inmersiva. Desde la parte más alta del recinto, ver al público moverse como un solo cuerpo fue una postal inolvidable.

Confeti, lluvia y caribe: Rawayana en modo celebración
Mientras algunas gotas interrumpían tímidamente la noche, Rawayana disparaba confeti desde el escenario. Su mezcla de reggae, rock y funk caribeño fue la banda sonora de un momento mágico. High, Binikini y Funky Fiesta convirtieron al auditorio en un carnaval. Además, el show incluyó audiovisuales con paisajes épicos de Venezuela, que despertaron una melancolía dulce entre sus paisanos presentes. No hubo escapatoria: el que no bailó, aplaudió.

Swing futurista: el fenómeno Caravan Palace
Los franceses Caravan Palace son una anomalía feliz: jazz manouche pasado por electrónica con estética de cabaret retrofuturista. En escena, una maquinaria perfectamente engrasada que huele a años 30 y suena al mañana. Cada canción, desde Lone Digger hasta Wonderland, fue recibida como un hit. A estas alturas, el público estaba completamente entregado y bailaron hasta más no poder con Zoe Colotis y toda la banda.

Épica nacional: Kase.O y los viejos dioses del rap
Y llegó uno de los momentos más esperados. Kase.O salió al escenario arropado por R de Rumba, Hazhe, Fran Fuethefirst y El Momo. Su discurso, directo al corazón, reivindicativo pero también celebratorio. El momento cumbre: aparición sorpresa de Sho-Hai y Xhelazz para invocar a los Violadores del Verso. El anfiteatro, de pie. Él, emocionado. Un set histórico y atrapante.

Cierre de altura con los inagotables Los Amigos Invisibles y el golpe final de Ácido Pantera
Jaguayano ofrecía las notas de su repertorio, dejando una estela emocional que será difícil de olvidar. Luego, la veteranía y el carisma de Los Amigos Invisibles invadió el escenario. Público intergeneracional, coreando temas como Mentiras, Cuchi cuchi o Sexy. Y para el cierre definitivo, Ácido Pantera puso a bailar hasta al staff técnico. Electrónica con sabor colombiano que dejó el listón altísimo.

La primera noche de Babel, en una frase: experiencia completa
Así terminó esta jornada inaugural: entre sonrisas, cuerpos felices y memorias frescas. El Festival Río Babel 2025 arrancó fuerte, con el sello de un evento que sabe equilibrar lo popular con lo emergente, lo divertido con lo emocional. Al salir, todavía resonaban ecos de beats, versos y aplausos. Y eso, cuando ocurre, significa que lo vivido valió la pena.
Festival Rio Babel, una experiencia imprescindible en el calendario para todos los amantes de la cultura, el arte y la música.