En un año donde los regresos no sorprenden pero pocos realmente conmueven, Robbie Williams irrumpe con Rocket, un single cargado de actitud y distorsión que pone sobre la mesa una declaración de intenciones clara: 2025 es suyo. Esta pieza sirve como carta de presentación para Britpop, su próximo disco de estudio, y lo hace en compañía del mismísimo Tony Iommi, el legendario guitarrista de Black Sabbath. Lo que podría parecer una alianza improbable entre dos universos musicales termina siendo una explosión coherente de energía y nostalgia eléctrica.
En una industria que gira veloz entre tendencias, este regreso destaca porque no parece condicionado por el algoritmo ni por la nostalgia superficial. Rocket no quiere sonar como los 90: quiere ser los 90, y lo consigue con un lenguaje sonoro más crudo, sin filtros ni adornos innecesarios. El britpop vuelve no como una postal, sino como una arremetida emocional de guitarras, personalidad y dirección.
Una colaboración inesperada: Robbie Williams y Tony Iommi encabezan la nostalgia británica
La alianza entre el ex Take That y el maestro del doom metal podría parecer sacada de un experimento de inteligencia artificial, pero en realidad responde a una visión muy clara: fusionar lo mejor de dos mundos británicos para crear algo potente, nuevo, pero esencialmente auténtico. Rocket arranca con riffs abrasivos que nos recuerdan la raíz Sabbath de Iommi, pero rápidamente da paso a una interpretación vocal directa, sin aderezos, donde Robbie Williams luce cómodo, incluso feroz.
Según palabras del propio artista, Britpop nace de una necesidad postergada: “Me propuse crear el álbum que quería hacer cuando dejé Take That en 1995”. Esa motivación se siente en cada segundo del tema, donde la producción se aleja de los arreglos sobreproducidos para dejar hablar al músculo: guitarra, voz, batería, y una química que trasciende géneros.
En este primer adelanto, hay un regreso a la actitud, más que a una fórmula sonora. Hay referencias, sí, pero no imitaciones. El track tiene más que ver con una reafirmación identitaria que con una estrategia de revival. Y eso lo hace brillar con luz propia.
El sonido de los 90 vuelve con fuerza en el álbum Britpop
El álbum aún no tiene fecha oficial de lanzamiento, pero ya se encuentra disponible para pre-guardar en plataformas digitales. Lo que sí está claro es su intención: recuperar el espíritu inconforme, juguetón y mordaz que definió al britpop en su mejor época. Este nuevo trabajo no se apoya en una producción pulida al extremo. Por el contrario, busca sonidos más cercanos a las primeras mezclas, a las tomas en vivo, a esa espontaneidad que definía a bandas como Blur o Suede.
Rocket es solo un anticipo, pero suficiente para anticipar una dirección. La guitarra manda. El groove es intencionalmente sucio. La batería late con urgencia. Y Robbie no canta, arremete. Esta estética musical parece también extenderse a su narrativa visual: el videoclip, rodado en la underground londinense, apuesta por una estética minimalista que remite a los videoclips británicos pre-Youtube. Autenticidad sin filtro.
Desde la perspectiva de un fan o alguien que vivió aquella década con intensidad, el single resulta una experiencia casi sensorial. “Con guitarras sin filtro, actitud rebelde y un sonido más crudo, Britpop promete revivir esa esencia británica que tanto nos hizo vibrar”. No se trata de una frase promocional. Se siente real, y lo es.
Rocket, Better Man y una película: el renacimiento artístico de Robbie en 2025
Si algo caracteriza a este regreso es su multiformato. A la par del single, Robbie Williams también presentó Better Man, su película autobiográfica dirigida por Michael Gracey (The Greatest Showman). El film mezcla surrealismo y CGI para retratar la vida, excesos y redención del artista, y ha recibido elogios por su narrativa honesta y arriesgada. Esta convergencia entre cine y música no es casual: es una estrategia artística que refleja el momento vital de Williams.
La película y el disco son parte de un mismo universo creativo donde el pasado no se mira con nostalgia, sino con revisión. Es un ejercicio de autoanálisis público, donde cada riff o plano de cámara parece una forma de reconciliación con su propia historia. En esta lógica, Rocket es el primer disparo de una campaña emocional mucho más amplia.
Como broche, su gira internacional Better Man comenzará el 31 de mayo, con fechas ya confirmadas en el Reino Unido, Europa y más destinos por anunciar. En vivo, se espera una producción sin grandes artificios pero con una carga emocional potente. No es un revival, es una reafirmación.
Gira, videoclip y streaming: cómo y dónde seguir el regreso de Robbie Williams
Para los fanáticos de siempre y los nuevos curiosos, hay varias formas de seguir este retorno de alto voltaje. El videoclip de Rocket ya se encuentra en su canal oficial de YouTube, donde se lo ve dominando el subsuelo londinense con una presencia escénica que no ha perdido ni un gramo de fuerza. La producción del tema ha estado a cargo de su colaborador habitual, y fue grabado entre Los Ángeles y Birmingham, ciudad natal de Tony Iommi, lo que añade un elemento simbólico adicional a la colaboración.
La canción está disponible en todas las plataformas de streaming, y se lanzó en formato single, aunque ya puede añadirse a bibliotecas digitales como parte del disco Britpop. En cuanto al sello, el lanzamiento corre por cuenta de Columbia Records, que ha apoyado con una campaña de medios bien calibrada pero no invasiva.
El universo Robbie Williams se reactiva con una estrategia clara, pero sobre todo con contenido poderoso. Y Rocket es apenas el comienzo de lo que promete ser un año consagratorio.
