Un día dios se hizo humano, volvió a la tierra, cogió un trozo de madera bendita, le puso cuerdas sagradas y deslumbró a Noches del Botánico. Así se podría resumir lo vivido en el segundo show de Carlos Santana en Madrid, en su, deseamos con todo el corazón, penúltima parada por la capital española en el marco de su ONENESS TOUR 2025.
Una vez más lo ha vuelto a lograr: jornada redonda la vivida el pasado martes 29 de julio en este oasis de música, cultura y gastronomía en el epicentro de Madrid, en las instalaciones de la Universidad Complutense. En su recta final de esta nueva edición, el evento estival, ha vuelto a rubricar una noche histórica, cargada de magia y aromatizada con uno de los mejores guitarristas de la historia de la humanidad. Patrimonio del universo él y su talento.
Una aurora boreal en seis cuerdas
Ante un público que rugía expectante, comenzaron a proyectarse por las pantallas gigantes imágenes de indígenas en la selva, realizando ceremonias y rituales sagrados. Esto es lo que acontecería acto seguido. Una celebración de dioses ofrecida por el catedrático de las seis cuerdas.
La primera caricia al alma después de una intro cautivadora y atrapante que funcionó como una especie de aurora boreal sonora, fue Soul Sacrifice y el oriundo de Jalisco guió al respetable, que había agotado todas las entradas por segunda noche consecutiva, a un viaje inmersivo por las profundidades de su corazón repasando sus primeras seis décadas de amor incondicional al rock, al blues, a la psicodelia, al mestizaje, a los ritmos originarios de África, a los sonidos nativos de tierra y a la espiritualidad bien entendida.

El recinto se venía abajo y había mucha sed de volver a ver a este mito, a esta leyenda, a este ser sagrado en Madrid. Más de veinte años han tenido que esperar nuestros huesos para contemplar su talento nuevamente en la capital. Después de lo vivido. Todo tiempo de vida en este mundo es un regalo extra.
Noches del Botánico se rendía al rugido eterno de Santana
Black Magic Woman, Gypsy Queen, Maria Maria, Oye como va y el último single publicado junto a Grupo Frontera, Me retiro, van tejiendo una telaraña de emociones a través de sonidos que funcionan como sedas envolventes. A Santana se lo ve de buen humor, cercano con sus fans, cómplice con sus músicos, metódico, creativo y desde un taburete ubicado a los pies de la batería, coordina y oficia de chamán jefe de la música eterna. Lo mismo toca maracas, sleigh bells, guitarra española y hasta un silbato en su directo.
Por las pantallas se ven pasajes de la carrera del guitarrista, imágenes de conciertos icónicos como aquel festival Woodstock del año 1969, trabajadas visuales, el Guernica de Picasso y el rostro de un jaguar desafiante.

Esa energía que emana con su sola presencia acompañada de su extensión natural que es su inseparable guitarra, crea una atmósfera inigualable. Su humildad es tal que rinde sentidos homenajes a Tito Puente, a George Harrison y al recientemente fallecido y otrora líder de Black Sabbath, Ozzy Osbourne. También tiene momentos de complicidad con el respetable al indicar que Paco de Lucía lo está llamando para tocar junto a él, que ya está todo listo. Pero desde aquí deseamos que tenga paciencia el inmortal guitarrista flamenco para la llegada de Santana al olimpo de los dioses de las seis cuerdas.

El elenco de talentosos músicos que lo acompaña en vivo, entre ellos su esposa y baterista Cindy Blackman, el bajista Benny Rietveld, por mencionar algunos, tres percusionistas, pianista, etc., conforman un Dream Team de hasta diez artistas en escena que son para admirar y aplaudir. La compenetración entre ellos es para enmarcar y la pureza de los sonidos no impide en absoluto que logren una fuerza titánica durante las casi dos horas de concierto en la que repasaron los himnos del prócer mexicano.
El arquitecto del sonido que detiene el universo
El compositor, intérprete y creador de arpegios y riffs eternos, pide por la paz en el mundo y encara el tramo final de una noche donde las estrellas, la luna y hasta el sol fuera de su horario de trabajo, se posaron sobre el techo del stage para ver a Santana acariciar la guitarra con su estilo patentado. Canciones como (Da Le) Yaleo, Put your lights on y Corazón Espinado ponen punto y eternidad a una noche colosal. Pero el respetable necesita y reclama un poco más. El mito oriundo de Jalisco complace las solicitudes al unísono.
Antes de concluir quiero agradecer especialmente a la Agencia Drexel Communications, a su directora Roxana Drexel por su profesionalidad y trabajo y a la oficina de prensa del artista por su gran ayuda.

Un CODA eterno a través de un cuadro
Toussain L´Overture seguido de un solo de batería incendiario de Cindy, la presentación de la banda y Smooth son las últimas mordidas de este artesano de la canción, de este jaguar sagrado de la guitarra, de este profeta de las cuerdas, que deja una huella imborrable en las pieles de todos los presentes y una estela chamánica legendaria.
La ovación que recibe al concluir su recital es de la envergadura, que daría para escribir una crónica propia de la misma.
Dios tomó forma humana, toca la guitarra y se llama Carlos Santana.