A los 23 años, el artista uruguayo Seba Ulivi lanza Sal y Azar, un EP de seis canciones donde confluyen sensibilidad, riesgo y una mirada musical que abraza tanto lo ancestral como lo contemporáneo. El disco es un recorrido íntimo y sonoro que pone en diálogo la lírica de autor con sonoridades del sur del mundo, envueltas en arreglos cuidados y una producción elegante que subraya la madurez precoz del compositor.
Publicado en junio de 2025, el trabajo está disponible en todas las plataformas digitales y ha empezado a generar tracción internacional con presencia en playlists destacadas de España, México, Estados Unidos, Argentina, Colombia, Chile y Uruguay. Más que un simple debut, Sal y Azar se siente como una declaración artística con voz propia, tejida entre lo acústico, lo eléctrico y lo rítmico.
Entre la canción, el sur y el riesgo
Desde los primeros compases del EP, Sal y Azar revela una identidad en construcción pero claramente definida. Hay una fusión sin prejuicios que convive con naturalidad: la guitarra criolla se mezcla con bases electrónicas, y la rítmica de raíz sudamericana se amalgama con texturas indie y pinceladas de rumba flamenca, tango o pop de autor. Lo tradicional y lo moderno no chocan, sino que se complementan como si siempre hubieran estado ahí.
En palabras del propio Seba Ulivi, “Sal y Azar es una forma de contar lo que no se dice fácil; de abrazar lo incierto y bailar con eso”. La canción Dar, en colaboración con Pedro Pastor, es un claro ejemplo de esa intención poética y musical. Mientras que en Que siga el baile, la voz de Sofía Álvez aporta calidez y fuerza, reforzando el carácter colaborativo y transnacional del álbum.
Una nueva generación de trovadores
Con una lírica que oscila entre lo introspectivo y lo social, Ulivi se posiciona como un narrador de su tiempo. Su forma de cantar alterna entre la intensidad contenida y la dulzura rasposa, transmitiendo emoción sin sobrecargar. Su herencia musical bebe tanto de los trovadores del Río de la Plata como de referentes del rock alternativo y la canción popular iberoamericana.
La producción del EP cuenta con la participación de músicos de Uruguay y España, y aunque no se especifica un sello discográfico, el acabado profesional del sonido revela un proceso de grabación detallado y comprometido con la calidad artística.
Sal y Azar no es solo un debut prometedor: es una obra que late con personalidad, con la capacidad de emocionar y de quedarse sonando mucho después del último acorde.