En la época dorada de los juegos móviles, la franquicia Angry Birds de Rovio era sinónimo de éxito y popularidad. Aunque esos tiempos hayan pasado, la marca de Angry Birds sigue siendo valiosa y atractiva para las compañías de videojuegos. Es por eso que SEGA ha anunciado que ha llegado a un acuerdo con Rovio para adquirirla por más de 700 millones de dólares.
El acuerdo se cerró por un precio de 9,25 euros por acción, lo que implica que SEGA pagará un total de 706 millones de euros por la finlandesa Rovio. Sin embargo, la compra está pendiente de la autorización de los organismos reguladores pertinentes, ya que Rovio cotiza en la bolsa de Nasdaq Helsinki. Se espera que la operación se cierre en algún momento de 2023 o 2024.
Aunque Rovio no ha vuelto a tener un éxito tan grande como el de Angry Birds, su marca sigue siendo importante en el mercado de los juegos móviles. SEGA espera que Rovio sea una adición de talento crucial para su estrategia en este ámbito. Según Haruki Satomi, presidente y director ejecutivo de SEGA, la compañía confía en que la combinación de ambas marcas, los personajes, los fans, así como la cultura corporativa y la funcionalidad de ambas compañías, generará sinergias significativas en el futuro.
Rovio ha producido dos películas de Angry Birds, que han sido atractivas para su público y los más pequeños. Además, cuenta con ocho estudios repartidos por Europa y América, lo que demuestra su importancia en el mercado de los videojuegos europeos, especialmente en el sector móvil. También es dueña de la compañía turca Ruby Games, que adquirió en 2021.
En resumen, la adquisición de Rovio es una apuesta importante para SEGA en el mercado de los juegos móviles, y una oportunidad para que Rovio vuelva a ser una marca relevante en la industria.
La combinación de ambas compañías puede generar sinergias significativas en el futuro y mejorar la oferta de juegos móviles para los usuarios.
