InicioReseñasSiloé hizo latir La Riviera madrileña al unísono

Siloé hizo latir La Riviera madrileña al unísono

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Domingo 28 de diciembre. Madrid vuelve a casa tarde, pero La Riviera ya está llena mucho antes de la hora señalada. Se respira esa mezcla de expectación y confianza que solo aparece cuando el público sabe que va a pasar algo histórico. A las 21:05, las luces rojas de Vibra Mahou se apagan de golpe y el murmullo se convierte en silencio atento.

Tras un año que los ha catapultado hasta el olimpo de las agrupaciones más importantes del panorama sonoro internacional, lugar que por cierto se lo han ganado por derecho propio y buena prueba de ello es que para el año 2027 ya han agotado un Movistar Arena en la capital española en unas horas, lo que los ha llevado a anuncia una segunda fecha, el trio vallisoletano Siloé desembarcaba nuevamente en la mítica sala La Riviera para hacerla latir al unísono.

Siloé en La Riviera
Foto: Rodrigo Nombela Dominguez @r.nombela21

La plataforma de música de Mahou Cinco Estrellas, La Gira Vibra Mahou demuestra su compromiso con las salas y la música en directo a través de experiencias cinco estrellas. Pues eso es lo que hizo Siloé en Madrid en la pasada noche del domingo. Crear una experiencia vital ineludible en el marco del final de su tour Santa Trinidad

Siloé en La Riviera
Foto: Rodrigo Nombela Dominguez @r.nombela21

El arranque: poesía sin avisar

Las palmeras del centro de la sala se encienden como faros domésticos. En la barra central, sobre un escenario improvisado, Fito Robles aparece con guitarra, armónica y voz, escoltado por el violín de Marino Saiz. Arrancan con La verdad y la sala entiende el mensaje: el viaje empieza por el corazón. Aplausos largos, de los que no buscan protagonismo, celebran un comienzo tan íntimo como desafiante.

El tren imparable de Siloé ya ha salido de la estación puntual, a toda poesía y con el corazón de los fans como destino final. Una lluvia de aplausos celebra el comienzo.

Siloé en La Riviera
Foto: Rodrigo Nombela Dominguez @r.nombela21

La cruz de neón y el pulso del directo

El foco se traslada al escenario principal. Una cruz de neón preside el espacio, el humo dibuja capas y, tras una intro medida, cae Sangre en las venas. Es la puerta de entrada a Santa Trinidad, el disco que articula el concierto y que explica, porqué el trío vallisoletano vive su mejor momento. Fito Robles (voz), Xavi Road (guitarra) y Jaco Betanzos (batería) suenan compactos, crudos, precisos. El directo no adorna: muerde.

Siloé en La Riviera
Foto: Rodrigo Nombela Dominguez @r.nombela21

Fito se mueve con magnetismo natural. Señala con la guitarra, busca miradas, provoca palmas. En Si me necesitas, llámame se lanza al público y vuelve a las tablas sin perder el pulso del tema. Reza por mí, Las palabras y La oposición elevan la temperatura. La banda no afloja; añade combustible a una locomotora que avanza con vapor artístico constante.

Siloé en La Riviera
Foto: Rodrigo Nombela Dominguez @r.nombela21

Visuales, neón y una sala que juega de local

Las barras de neón ubicadas en todo el stage cambian de color según la canción, las pantallas LED rodean el perímetro con una iluminación envolvente y el logo de La Gira Vibra Mahou aparece como brújula luminosa. Madrid es territorio aliado: la sala late al unísono, corea sin pedir permiso y acompaña cada subida. Hasta las palmeras parecen marcar el ritmo.

Siloé en La Riviera
Foto: Rodrigo Nombela Dominguez @r.nombela21

El ecuador: músculo y precisión

Genesis se encadena con Esa estrella en una transición elegante. Jaco Betanzos se adueña del centro con un solo poderoso, baja del kit, acaricia un tambor de pie y vuelve caminando a su banqueta sin romper el tempo. Un detalle técnico marca la diferencia: los paneles acústicos de la batería aportan una limpieza sonora sublime. Campo grande y El poder confirman que el presente del grupo viene de un pasado cargado de himnos.

Siloé en La Riviera
Foto: Rodrigo Nombela Dominguez @r.nombela21

Pausa íntima: electroacústico que abraza

Llega el momento de bajar la intensidad sin perder emoción. Con Marino Saiz al violín, Súbeme al cielo e Invisible se presentan en formato electroacústico. La sala se convierte en un refugio: lágrimas discretas, abrazos, videollamadas a quienes no pudieron estar por aforo. Cercanía como abrazo colectivo.

Tempestad controlada y versiones con identidad

Tras la calma, el acelerador vuelve al fondo. Le agregan palas de carbón a al caldera de la locomotora.  Si te pones de mi parte abre el bloque final con energía renovada, seguida de Nada que se parezca a ti. La versión de Personal Jesus de Depeche Mode no imita: traduce el clásico al lenguaje Siloé, con texturas propias y respeto.

Siloé en La Riviera
Foto: Rodrigo Nombela Dominguez @r.nombela21

El cierre y los bises: comunión total

El tiempo aprieta, pero el público no suelta. Levita y ven, La vida que me das y La niebla cierran el set principal con sensación de noche redonda. Cuando regresan, los bises son algo más que canciones: Que merezca la pena y Todos los besos funcionan como pinturas emocionales, con la sala sosteniendo cada palabra.

Siloé en La Riviera
Foto: Rodrigo Nombela Dominguez @r.nombela21

Como outro definitivo, afrontan Que merezca la pena. Se despiden al ritmo de Héroes del Silencio, saludando con sonrisas cansadas y honestas. El público refleja lo mismo: agotamiento feliz. Siloé, La Riviera y sus fans: la Santa Trinidad. La locomotora vallisoletana, encontró estación final en el éxtasis compartido.

Antes de concluir quiero agradecer a todo el equipo de trabajo de la agencia Apple Tree, a la Gira Vibra Mahou por su apoyo a la cultura y a la música en vivo, a todo el staff de la agencia La Trinchera por su colaboración, a Marisa Moya por su profesionalidad y a Rock and Control por su ayuda incondicional y permanente para que podamos llevar adelante nuestra labor.

Siloé, la Santa Trinidad de la música en castellano, arrolló en Madrid.

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Autor

  • Siloé en La Riviera

    Redactor, fotógrafo y entrevistador de Arepa Volátil. El riff como capa, la poesía como espada y el rock and roll como sangre bendita. La música, el único escudo.

    Escritor de pluma honesta, siempre atento a las propuestas emergentes, a los artistas que rompen moldes y con devoción suprema a los dioses de la música.

    Rockstar a mi manera.
    Los shows en directo, la sal de la vida.

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