Stab Stab Bang Bang de The Infamists es justo ese tema que oyes con el alma, es un golpe de pura electricidad que suena a garaje, carretera y whisky. La banda de Dallas, Texas, vuelve con un tema que no pide permiso para entrar: simplemente lo hace, a base de riffs afilados, batería desbordante y una voz que raspa como grava.
Fundados en 2012 en una residencia universitaria del University of North Texas, The Infamists llevan más de una década tocando juntos con la misma formación, fieles a ese espíritu de banda vieja escuela que se alimenta de escenarios pequeños, bares y público sudoroso. Su sonido es una mezcla feroz de blues psicodélico, hard rock y metal clásico, con una actitud que parece decir: “aquí no hay reglas”.
Stab Stab Bang Bang condensa toda esa filosofía en menos de tres minutos. Es un torbellino sónico que habla de defenderte, resistir y no retroceder.
El tema comienza con un riff intenso que pronto se convierte en una avalancha de energía.
Las guitarras tienen ese tono sucio que solo se consigue después de años de carretera, los sintetizadores y el talkbox aportan un toque retro delicioso, y la batería suena como una estampida descontrolada.
Es un tema que se mueve entre el peligro y la diversión, con ese aire de brawl bar que te dan ganas de subir el volumen y dejarte llevar. Si ZZ Top y Black Sabbath tuvieran una noche especialmente salvaje en Texas, probablemente sonaría algo así.
Trece años, una misma piel sonora
Lo admirable de The Infamists es su constancia. En más de una década han lanzado cuatro discos, dos EPs y una colección de singles que demuestran su amor por el rock en todas sus formas.
Desde los blues psicodélicos hasta los himnos metálicos, cada lanzamiento ha sido un paso más en su propio viaje: sin filtros, sin concesiones, sin trampa.
Y aunque Stab Stab Bang Bang suena brutalmente moderna, mantiene esa raíz sureña, densa y sudorosa, con el acento intacto y una autenticidad que pocas bandas logran conservar.
Ver a The Infamists en vivo debe ser una experiencia de alto voltaje: largas sesiones de jam psicodélico, riffs pesados y deben tener esa vibra que te hace olvidar el tiempo.
En Stab Stab Bang Bang logran capturar casi esa misma intensidad, como si el escenario se hubiera metido dentro del estudio.
Ellos no piden permiso, solo enchufan los amplis y arrasan.
Y sí, nos gustó. Mucho. ¿se nota?