El anuncio del regreso de Oasis a los escenarios en 2025 ha generado una ola de emoción entre los fanáticos, pero también ha traído consigo una controversia significativa. El Gobierno Británico ha decidido investigar el sistema de precios de Ticketmaster, luego de que los fans que intentaban comprar entradas para la tan esperada gira de vuelta se enfrentaran a precios que aumentaron considerablemente debido a la alta demanda.
La polémica de los precios tras los precios
La ministra de Cultura, Lisa Nandy, expresó su preocupación al señalar que es «Deprimente ver precios enormemente inflados» en plataformas oficiales que, a su juicio, podrían excluir a muchos fanáticos de los conciertos. Aunque Nandy no mencionó directamente a Ticketmaster, la empresa multinacional ya ha estado bajo el escrutinio público en otras ocasiones, como durante la polémica con los precios de las entradas de la gira de Taylor Swift en Estados Unidos.
El uso de precios dinámicos, que ajusta los costos en función de la demanda, es uno de los puntos centrales de la revisión que el Gobierno británico llevará a cabo sobre las ventas de entradas y la protección de los consumidores. Nandy destacó que es necesario «trabajar con los artistas, la industria y los fans para crear un sistema más justo que acabe con el azote de los revendedores, las reventas fraudulentas y garantice entradas a precios justos».
Una respuesta a la creciente preocupación pública
La líder de la Cámara de los Comunes, Lucy Powell, compartió su experiencia personal, revelando que pagó 350 libras (415 euros) por cada una de las dos entradas que adquirió a través de un portal oficial, más del doble del precio original. Esta situación ha intensificado el debate sobre la equidad en la venta de entradas y ha añadido presión para que se tomen medidas regulatorias.
Oasis anunció un total de 17 conciertos en el Reino Unido e Irlanda, con el primero programado en Cardiff en julio de 2025. La banda, que se formó en Manchester en 1991, también actuará en ciudades como Londres, Edimburgo y Dublín.
La demanda por ver a la icónica banda británica en su gira de vuelta fue tan alta que todas las entradas en Gran Bretaña se agotaron en tan solo 10 horas el sábado pasado, dejando a muchos fanáticos frustrados tras pasar horas en colas virtuales sin poder asegurar su boleto.