El 2025 marca una nueva etapa para Vicky Puga, quien estrena su primer álbum Autosabotaje, un proyecto conceptual que explora los últimos cuatro años de su vida. Desde La Plata, la artista convierte su crecimiento emocional en un relato musical atravesado por el cambio, la aceptación y el deseo de abrazar la identidad propia.
El disco está narrado como un sueño. La protagonista se sumerge en un universo donde lo real y lo imaginario se confunden, y solo dentro de ese trance logra enfrentar sus miedos. Cada canción simboliza un paso dentro de ese viaje interior. La estética, inspirada en Alicia en el País de las Maravillas, refuerza esa sensación onírica que guía tanto lo visual como lo sonoro.

Dentro del POP ALTERNATIVO y el BEDROOM POP, Autosabotaje combina texturas eléctricas y elementos orgánicos grabados en vivo. El recorrido musical avanza desde temas más oscuros, con matices de rock, hasta composiciones luminosas de pop introspectivo. En sus influencias se reconocen nombres como Chechi de Marcos, Blair, Olivia Rodrigo, Joaquina, Bleachers y Holly Humberstone, referentes que dialogan con su estilo personal.
La mitad del disco fue registrada en Deja Vu Estudios bajo la producción de Bart Salaverry, responsable de las mezclas y la masterización. Las canciones Mi autosabotaje, Superpoder, Estar o no estar con vos, Un montón y Letter of resignation integran esa primera parte. En paralelo, Joaquín Arauz produjo Intro (todo pasaría), Lo que necesito, Nunca fuiste vos y ¡Que miren!, aportando una mirada íntima y experimental.
El universo visual de Autosabotaje incluye dos videoclips y siete visualizers dirigidos por Melany Kolman y Luisina Imaz, con el arte y fotografía de Juana Vesprini. Todo el concepto refuerza el tono introspectivo del disco, transformando la experiencia musical en una inmersión emocional.



