Todo gran artista Pop-Rock tiene (al menos) una o varias bandas tributo que, a manera de homenaje —y a veces de atrevimiento—, noche a noche ganan dinero colgándose medallas ajenas: un negocio que suena bien en los oídos y en los bolsillos, pero que, moralmente, tiene sus bemoles.
¿Qué son las bandas tributo?
Las bandas tributo son agrupaciones musicales que reinterpretan el legado de grandes artistas, ofreciendo al público la posibilidad de revivir sus obras en directo, a medio camino entre el homenaje y la comercialización del recuerdo.
El más avispado…
Sobran personajes que ganan indulgencias con escapulario ajeno, como diría mi madre: Iago, en Otelo; Tom Buchanan, en El Gran Gatsby, y, más recientemente, Lord Petyr Baelish, el Meñique de Juego de Tronos. Sin ir más lejos, tanto tú como yo podemos recordar a algún compañero de estudios o jefe avispado que se vanagloriaba del trabajo que solo nosotros desarrollamos. Pues, también en la música existen personas que optan por interpretar las obras de otros y saltarse el proceso de composición.
¿Está mal? A mí no me lo parece, pues, de alguna manera honesta, hay que vivir, así que cabría (más bien) preguntarnos: ¿Es honesto? Ese ya es otro cantar. Hay quienes, por respeto o admiración, versionan canciones de sus ídolos o referentes, como cuando Bono anuncia a una nutrida audiencia que Charles Manson robó una canción a los Beatles y ellos (U2) se la robarían a él para traerla de vuelta, sonando acto seguido Helter Skelter en el film Rattle and Hum. A quien escribe estas líneas eso le parece permisible.
Mi experiencia personal con grupos tributo de Caracas
Menos orgánico es vestirse de Michael Jackson, hacer un show conformado íntegramente de su repertorio y lucrarse de ello; ya eso trasciende la admiración, aunque siempre será mejor que la gente que, sencillamente, se disfraza. Esto se agrava si, encima, elude el pago que, por autoría, correspondería a los titulares de tal derecho. En Caracas pude ver en primera fila el divismo de grupos tributo que exigían a locales condiciones que rayaban en lo absurdo, compitiendo incluso con las de los artistas que versionaban. Eso me hizo rechazar por mucho tiempo a este tipo de espectáculos.
El rol de las bandas tributo en la preservación de la música
Con el transcurrir del tiempo uno termina extrañando a artistas que, aparentemente, no volveremos a ver en directo: Soda Stereo, Charly García, Radio Futura, Héroes del Silencio y Mecano, por citar a algunos, y que otros reinterpreten sus éxitos es un necesario ejercicio de nostalgia que da alegría a mi corazón (Fito Páez dixit). Hoy debo reconocer que algunos tributos son respetuosos y elaborados y salgo del concierto con la sensación de que me he divertido y no he sido estafado.
El dilema de los exmiembros: ¿es válido seguir con el nombre de las bandas?
Otro tipo de tributo es el del sobreviviente a una banda que se aferra en mantener vivo su nombre y sigue interpretando los temas, junto a músicos contratados, con el nombre de la agrupación. En este saco también cabrían los ex miembros del grupo que se lanzan a la aventura. No me siento en la capacidad de juzgar si, moralmente, está bien o está mal, pues supongo que lo que realmente importa es que la calidad del show compense el costo del ticket o boleto.
Si eres un artista tributo, quiero que sepas que respeto lo que haces y que me encantaría leerte para conocer tu punto de vista.