El mundo del jazz despide a una de sus figuras más queridas: Chuck Mangione, trompetista y compositor estadounidense. Falleció a los 84 años mientras dormía en su hogar de Rochester, Nueva York, ciudad donde también comenzó su carrera musical. La noticia, conocida días después, desató una oleada de homenajes entre músicos, seguidores y medios especializados.

Aunque se había retirado en 2015, su influencia permanece vigente, especialmente cada vez que suena Feels So Good, su clásico de 1977. Más que un éxito comercial —que alcanzó el top 5 en Billboard— fue un himno generacional. Su calidez instrumental y melodía inconfundible lo convirtieron en una pieza reconocible a nivel global, descrita por Current Biography como “la más reconocible desde Michelle de The Beatles”.
Lo que diferenciaba al artista no era solo su virtuosismo, sino la emoción que transmitía con su fliscorno, instrumento de viento que supo hacer suyo. Su carisma escénico era innegable: solía cerrar sus presentaciones sentado al borde del escenario, firmando autógrafos y conversando con quienes se quedaban tras el show.
Formado en un hogar musical, fue su padre quien lo introdujo a los grandes nombres del género, como Dizzy Gillespie, viejo amigo de la familia. Junto a su hermano Gap Mangione, fundó The Jazz Brothers, agrupación con la que grabó tres discos antes de perfeccionarse en la Eastman School of Music, entre 1958 y 1963.
Una carrera que inspiró y emocionó
Desde la década de 1960, Chuck lanzó más de 30 álbumes, componiendo piezas que marcaron tanto escenarios como eventos internacionales. Su composición Chase the Clouds Away fue adoptada por los Juegos Olímpicos de 1976, y Give It All You Got se convirtió en la banda sonora oficial de los Juegos Olímpicos de Invierno de 1980 en Lake Placid, donde la interpretó en la clausura.
Ganador de dos premios Grammy entre 14 nominaciones, el primero le llegó en 1977 por Bellavia, dedicada a su madre, y el segundo en 1979 por la interpretación de The Children of Sanchez, soundtrack de la película homónima que también fue reconocida con un Globo de Oro.
Lejos de enclaustrarse en los círculos puristas del jazz, Mangione supo abrazar la cultura pop sin perder autenticidad. A finales de los años 90, se volvió conocido para nuevas generaciones gracias a su aparición animada en King of the Hill, donde se interpretaba a sí mismo como la voz del supermercado ficticio Mega-lo-Mart. Incluso compuso la música para un especial de San Valentín de la serie en 1998.
En 1988, ofreció un concierto inolvidable en España, donde, según el periodista Jorge Flo, su elegancia escénica y estilo envolvente cautivaron a los asistentes. “Su personalidad y su música se hacen por momentos irresistibles”, escribió entonces sobre una noche donde el buen gusto y la sensibilidad musical fueron protagonistas.
Un legado eterno
Hoy, miles de músicos y amantes del jazz recuerdan a Chuck Mangione no solo por sus composiciones, sino por la calidez de su figura. Su forma de tocar y de vivir la música sigue inspirando a quienes buscan emoción, honestidad y belleza en cada nota.
Su historia demuestra que la música, cuando nace del alma, trasciende listas, formatos o modas. Y Feels So Good no es solo un título: es una declaración de principios que definió una carrera y tocó corazones. Que así lo recuerde la historia.