El Caracas Music Hall, de la mano de Cusica, fueron testigos de cómo Los Amigos Invisibles no solo celebran más de 30 años de carrera en la ciudad que los vio nacer, sino tres noches llenas de magia, funk y temazos que logran reunir tres generaciones en un espacio íntimo y de emociones a flor de piel.
Con la apertura de puertas a partir de las 8 de la noche, todos los asistentes tuvieron la oportunidad de estar entre sala 2 y la sala 3 del local, donde en cada uno de sus espacios las expectativas crecían cada vez más por cada minuto que pasaba.
Una nueva cara prepara el escenario
Durante las tres noches, todos los presentes, de todas las edades (hasta las más sorprendentes), compartieron las ansias de ver cómo la banda venezolana cantaba sus temas favoritos, desde Cuchi Cuchi hasta La Que Me Gusta. Sin embargo, un nuevo rostro en la escena musical venezolana tuvo la tarea de calentar motores y elevar la temperatura de la sala 2.

Valeriano, el primer artista firmado por Cusica Records, se presentó a tempranas horas de la noche no solo para preparar al público, sino para estrenar y debutar su nuevo sencillo Viaje Astral, que formará parte de su primer disco La fantasía distópica, previsto para el 2026.

Con un shake de géneros latinos y una clave salsera, puso a bailar y a tararear el ritmo de sus sencillos no solo a las personas que se encontraban cerca del escenario, sino a todo aquel que se encontrase dentro del local. Pisadas y palmadas marcaron la clave durante su fresca y novedosa presentación.
¡Suéltale! – le gritó una señora a su esposo mientras soltaba los prohibidos en el balcón del VIP, durante la primera fecha.
El inicio de los tambores
Con una enérgica introducción de tambores, la icónica banda comenzó con Corazón Tatu este festival de ritmos y de tres días. Entre gritos, aplausos y euforia, se llenó cada espacio de la sala 2, desde el general hasta las dos áreas VIP.

Clásicos icónicos no tardaron en sonar en la sala: Disco Anal y En 4 sonaron a continuación para darle lugar a Mal Pensada, de su último disco, que, a pesar de no ser tan conocida por algunos de los presentes, la bailaron y disfrutaron como si estuviera sonando en la radio desde hace 30 años.
Una reunión para todas las edades
Familias enteras, parejas de hace años, amigas de toda la vida, algunos niños que todavía no entienden los entrelíneas de ciertas canciones y jóvenes enamorados coreaban Espérame y Viviré para ti en armonía, entre sonrisas y abrazos, terminando de consolidar esa energía característica de la ciudad que vio nacer a esta banda venezolana.

Chulius, o Julio Briceño, vocalista de la banda, comentó que durante todos estos años de carrera han tenido la oportunidad de tocar en muchísimas ciudades del mundo, pero que, para la banda y para él, no hay nada como tocar en su ciudad natal.
Uno no escoge dónde nacer, pero nacimos aquí, dijo Julio, orgulloso mientras tomaba un descanso.

Subiendo la temperatura
Un bloque dedicado únicamente a subir la temperatura de la sala 3. Antes de dormir, Tócamela y La Vecina explotaron en las paredes del local, donde entre baile, gritos y muchísimos vasos con whiskey en el aire reafirmaron cómo, durante más de 30 años de carrera, Los Amigos Invisibles han desarrollado un catálogo musical tan icónico dentro del país que hasta los infantes dentro del local conocían todos y cada uno de los temas de este bloque.
Palo, tras palo, tras palo. No le bajan, comentaba un grupo de amigos mientras disfrutaban del show entre ellos.

El clímax de los tres días
Todas las palmas al aire y gallos salieron a relucir una vez sonó la intro de Mentiras. Parejas, entre risas, se miraban a los ojos cantándose de manera irónica (o no) uno de los temas más esperados de la noche. Para luego, quizás, dedicarse mutuamente Váyanse todos a mamá.

Entre arreglos de diferentes canciones no propias de la banda, pero muy conocidas hoy en día, continuó el espectáculo hasta llegar a La que me gusta, que entró con un arreglo de As It Was, la canción de Harry Styles. Donde casados desde hace más de 30 años, parejas consolidadas, recién enamorados y uno que otro despechado por ahí cantaron a todo pulmón antes de que la banda tuviera una salida de mentira del escenario.

Lo mejor para el final
En un último empujón, Los Amigos Invisibles decidieron cerrar el espectáculo de salsa, donde Óyeme nena, Esto es lo que hay y El Sobón fueron la cereza del pastel para estas tres noches de show. Donde cada uno de los asistentes se fue tarareando Wiki Wiki luego de que la banda terminara el espectáculo con ella.




