Morrissey, ex vocalista de The Smiths, canceló dos presentaciones en Estados Unidos programadas para este fin de semana tras recibir una amenaza creíble contra su vida, según confirmó en su página oficial. Los shows estaban previstos para el 19 de septiembre en Foxwoods Resort Casino (Connecticut) y el 20 de septiembre en MGM Music Hall at Fenway (Boston).
El responsable de la amenaza fue identificado como Noah Castellano, un joven de 26 años de Ottawa, Canadá, quien publicó en la red social Bluesky su intención de disparar contra el artista antes del concierto en la capital canadiense el pasado 12 de septiembre. Fue detenido por la policía y acusado de utter threats to cause death or bodily harm, quedando bajo investigación judicial.
La decisión de suspender los conciertos de este fin de semana responde, según el comunicado oficial, a una medida de precaución tanto para el músico como para sus seguidores y su equipo. Los boletos adquiridos para ambos shows serán reembolsados automáticamente.
El caso de Noah Castellano y la investigación policial
En el festival CityFolk, celebrado el pasado fin de semana en Lansdowne Park (Ottawa), lo que al principio muchos tomaron por un recurso escénico —drones sobrevolando la explanada— terminó siendo un operativo de vigilancia. Esos aparatos, desplegados por la policía tras la amenaza contra Morrissey, cambiaron la atmósfera del concierto: del disfrute a la incertidumbre en cuestión de minutos.
La amenaza provenía de un usuario con el alias «Guy who gets shot in the head one hundred thousand times a day» y contenía mensajes directos contra el artista. Aunque el show se celebró según lo previsto, los drones policiales marcaron el ambiente y algunos asistentes confesaron haber sentido una tensión inusual: “Parecía Los juegos del hambre”, relató una espectadora.
Seguridad en festivales: un debate cada vez más urgente
Más allá del titular, el incidente abre una discusión incómoda pero necesaria: la seguridad en festivales ya no es solo barreras y registros, sino tecnología, vigilancia y costes que terminan repercutiendo en las entradas y en la experiencia misma. Organizar música en vivo hoy implica equilibrar la protección de público y artistas sin convertir los conciertos en zonas de control permanente.
Con 66 años, Morrissey continúa siendo una figura intensa y controvertida, capaz de generar tanta devoción como polémica. Este nuevo episodio refleja la fragilidad que acompaña al arte en vivo en tiempos donde las amenazas digitales tienen consecuencias tangibles en la vida real.