El pasado 14 de diciembre de 2024, la música mexicana perdió a una de sus figuras más emblemáticas: Javier Bátiz, guitarrista, innovador y maestro que dejó una huella imborrable en el panorama del rock nacional. A los 80 años, Bátiz murió tras enfrentar con valentía una prolongada lucha contra el cáncer.
Considerado el “padre del rock mexicano”, Bátiz no solo dominó la guitarra con un estilo único, sino que abrió caminos para una escena que apenas empezaba a formarse. En Tijuana, su ciudad natal, y más allá, su nombre se convirtió en sinónimo de autenticidad, dedicación y pasión por la música.
Javier Bátiz, un pionero del rock mexicano
Más allá de los escenarios, Bátiz fue un guía para músicos que hoy son referentes internacionales. Entre ellos, Carlos Santana, quien siempre reconoció la importancia de su maestro en su formación. Santana, en múltiples entrevistas, ha hablado con admiración sobre la conexión única que tenía Bátiz con su instrumento y cómo esa chispa fue clave en su propia evolución artística.
El legado que perdura
Javier Bátiz (1944–2024), conocido como el «padre del rock and roll mexicano«, dejó un legado musical que marcó profundamente la historia del rock en México. Nacido en Tijuana, fundó en 1957, a los 12 años, su primera banda, Los TJ’s, con la que empezó a introducir el blues y el rhythm and blues en la escena mexicana, fusionándolos con estilos locales. Este «sonido de Tijuana» no solo revolucionó la música de su tiempo, sino que sirvió como base para futuras generaciones de músicos.
Los conciertos y álbumes de Bátiz, como Bátiz & Hair y Libre Como el Viento, reflejaron su habilidad única para conectar con el público a través de su guitarra y su pasión por el blues.
Además de su música, Bátiz destacó como embajador cultural. En 2023, el Congreso de Baja California le rindió homenaje por su contribución a la música y la cultura de México.