La tercera jornada del Sonorama Ribera 2025, fue una montaña rusa sonora, emocional y diversa
Aranda de Duero, viernes 8 de agosto. La tercera jornada del Sonorama Ribera 2025 fue una oda al eclecticismo, una declaración de intenciones para quienes creen que la música es mucho más que un puñado de canciones encadenadas. Comenzó en pleno mediodía con el sol alto que abrazaba miles de fans por las calles de Aranda de Duero y terminó en la madrugada con el suelo vibrando al ritmo de los beats que aún retumbaban en los escenarios más atrevidos. El resto, fue un torbellino de emociones.

Mediodía sorpresas en las plazas y ciencia con groove
Los primeros acordes empezaron a sonar en los escenarios más tradicionales del festival: la plaza de La Sal y la siempre emotiva plaza del Trigo. Allí, entre empedrados y aplausos sinceros, el ambiente se llenó de energía espontánea con propuestas como Pavlenha, Rata, Carameloraro y Sol Pereyra, que abrieron la jornada con frescura, cercanía y un sonido que funcionaba como café para festivaleros.
Se pudo disfrutar de Alec López, El sombrero del Abuelo, Sanguijuelas del Guadiana (participación incluida de Arde Bogotá) y con la sorpresa matutina de Silóe que puso patas arribas a los miles de fans. Su directo fue intensísimo. El tipo de show que no avisa, simplemente ocurre y te desarma.
También se cantó de la mano y el talento de Proyecto Perli, No quiero, Disco Bahia, Javiera Mena, Sara Socas, Ilan Amores y TUYYO DJ´S entre otros, distribuidos entre los escenarios Charco y los tradicionales del festival.
Mientras tanto, en el stage Big Bang, las familias encontraban otro tipo de beat: la ciencia explicada con pasión. Un formato curioso y efectivo que demostró que no todo tiene que ser música para generar conexión.

Tarde mestizaje de estilos, viajes interiores y humor al sol
En el paso de la siesta a la euforia, se sucedieron propuestas que reflejan la apuesta del Sonorama por la diversidad: Proyecto Perli, No Quiero, Disco Bahía, Sara Socas, Ilan Amores y TUYYO DJs pusieron en escena sonidos que van del pop sintético a la electrónica tropical, pasando por líricas cargadas de mensaje.
Tras un necesario alto en la zona de foodtrucks —curada con mimo y variedad digna de una guía gastronómica de calle—, arrancó el tramo más bailable del día: Besmaya, fieles a su estilo pistero de F1, marcaron un ritmo sostenido que sirvió como calentamiento emocional.

A continuación, un momento de introspección con Chambao, que ofreció uno de los directos más sentidos de toda la jornada. Su fusión emocional pintó un paisaje sonoro en el que cabían el silencio, los suspiros y una sensibilidad que rozó lo espiritual. Cada acorde parecía decir todo está bien aquí.
En paralelo, el escenario Comedia vibraba con carcajadas sinceras gracias a No Todo Vale, Bianca Kovacs, Isabel Rey y Charlie Pee. El festival, con esta propuesta, dejaba clara su vocación inclusiva: la música también se ríe.
Accesibilidad y organización en un festival que piensa en todos
Una mención obligada merece el despliegue de accesibilidad en todo el recinto. Personas con distintas capacidades —sensoriales, físicas, cognitivas— pudieron disfrutar del evento sin barreras. La organización del Sonorama Ribera y el trabajo conjunto con Rock and Control en materia de seguridad y asistencia fue impecable. Festival para todos. Así, sí.
También es para destacar la enorme labor que hacen todos los que trabajan en los distintos estamentos del evento estival y que garantizan que todo funcione a la perfección día tras día.
Músculo escénico, himnos y pogos que sacuden el alma
La noche se abrió como un sueño musical de la mano de Merino, Mr Kilombo y PABLOPABLO, tres nombres que, con estilos distintos, demostraron estar en su mejor momento. Canciones reconocibles, buen sonido y un magnetismo escénico trabajado al detalle.
El clímax emocional llegó con Rufus T. Firefly, en uno de los shows más sólidos del día. Lo suyo ya no es promesa, es consolidación. Sonaron en casa y con autoridad. Al terminar, la ovación fue atronadora. Algo se quebró (para bien) en muchos de los que estaban allí. No pierdan oportunidad de disfrutarlos en vivo y dejar que vuestra espinal dorsal se entregue al talento de los oriundos de Aranjuez.
Luego, La Raíz devolvió al escenario una intensidad que se echaba de menos tras sus años de parón. Repasaron sus clásicos con una carga eléctrica contagiosa, al grito de quien dijo que todo está perdido. Rugido colectivo. Fuego puro. Vientos, percusiones y miles de voces cantando al unísono, crearon una de las postales eternas del festival.

Lo de Franz Ferdinand fue otra historia. Una masterclass de vigencia, riffs a la velocidad de la luz y elegancia plena. Cada hit —Take Me Out, Do You Want To, No You Girls— sonó como una piedra preciosa pulida. El público, entre salto y pogo, sabía que estaba viviendo algo irrepetible.
Carolina Durante entre el caos y la precisión emocional
Lo de Carolina Durante fue, directamente, histórico. Lo anunciaron en rueda de prensa previa junto a Javier Ajenjo —director del festival— como un show especial. Lo que no avisaron fue que iban a descoser el universo.

El decorado, cuidado hasta el detalle, que recrea una oficina, sirvió de base para un directo descomunal. Desde Joder, no sé hasta Las canciones de Juanita, el setlist fue un viaje emocional, con un pogo eterno que parecía descentrar la órbita de Aranda de Duero. El público, convertido en un solo cuerpo, sudó, gritó, se abrazó. Ahí, todo tenía sentido.
Un cierre lleno de electrónica en estado de gracia
El cierre fue digno de maratón emocional. Primero, la cuota local con Barry B, acompañado por un público que lo coreó de principio a fin. Es obvio, pero juega de local y sabe cautivar desde la primera nota el musico arandino. Luego, una dosis de nostalgia pop con Nena Daconte, antes de que la noche se volviera del todo electrónica.

ELYELLA prendieron la mecha y elevaron el volumen emocional a niveles estratosféricos. Su show fue un torbellino audiovisual que a las 03:00 de la madrugada mantenía al público entregado como si fueran las 22:00 hs. Después, el relevo fue para Carlos Jean, Vasck y DJ Moderno, que sostuvieron la fiesta hasta que el cuerpo dijo basta y el alma pidió más.
El viernes se fue sin avisar, como los buenos conciertos. Cuando todo terminó, ya era sábado, pero pocos parecían dispuestos a asumirlo.
Nos vemos en la cuarta jornada que promete se histórica con Arde Bogotá, La La Love You, Amaia, Duncan Dhu e Iñigo Quintero entre otros. Porque la vida, es lo que pasa entre Sonorama y Sonorama.