No resulta nada común iniciar la semana invadidos de un mundo a lo Pandora y menos común ante el sonido particular de Bjork. Esta Islandesa que después de 16 largos años regresó a Madrid para traernos “Cornucopia” en el concierto del pasado 4 de septiembre.
A las 8 en punto, los sonidos de la naturaleza comienzan a apoderarse del WiZink Center, que se vio volcado en todas sus áreas para decir presente y mostrar admiración a Björk.
Desde un inicio ya sabia que el asombro llegaría por los visuales que vienen presentando en este tour; pero adjunto al asombro, lo limpio e impecable del sonido.
Bjork tenía claro que su visita a Madrid no podría pasar por debajo de la mesa con su vestimenta que nos daba matices flamencos en mezcla con su particular manera de presentarse entre las telas.
Björk en este concierto presentó un set que toda Madrid amó
Un set que de largo tenía como columna vertebral presentar su trabajo del 2017 “Utopia”, a pesar de haber hecho el lanzamiento de “Fossora” el año pasado.
Fueron 20 canciones que nos demostraron que Bjork está más vigente y potente que nunca, su voz es descabelladamente impresionante.
Bjork en vivo es un bofetada a los playback y a las pistas de sampleo … Sabiendo bien que su sonido tan particular de bits en contratiempo, pueden llegar a ser en concierto, lo más orgánico en la ejecución de sus dos multinstrumentistas, su arpista y el maravilloso septeto islandés de flautas llamado “Viibra”.
En estos noventa minutos, la mitad de su set fue dedicada al disco “Utopia” con temas como “The Gate”, “Arisen My Senses”, “Claimstaker”, “Losss”, entre otros.
Obviamente, se dejó escuchar parte de su más reciente trabajo discográfico con temas como “Atopos”, “Fossora”, “Ovule” y “Victimhood”
Quiero reiterar que visualmente es un concierto impecable lleno de mucho color y que te genera un ambiente inclusive hipnótico, es de lo mejor que he visto en la vida!
Bjork nos regaló pinceladas de toda su carrera con sorpresas como “Venus as a Boy” de su disco Debut (1993), “Isobel” de su disco Post (1995), “Pagan Poetry” de su trabajo Verpertine (2001); y así hasta el final cuando para despedir se dejó escuchar “Notget” de su disco Vulnicura (2015).
Madrid supo agradecerle después de esta larga ausencia con maratones de aplausos, y solo esperamos que no tengan que pasar de nuevo tantos años para poder disfrutar de la hija de Reikiavik.