Nunca fui muy fanático de «La familia Addams». Podía ver uno que otro capítulo de la serie de los 60, y ya; y la película de los 90 no es que la guarde en mis recuerdos; así que no le tenía nada de fe a esta serie, hasta que me enteré de que Tim Burton dirigía 4 de los 8 capítulos. Dije: hay que darle una oportunidad.
Desde luego, sabía que me iba a enfrentar a una serie netamente dirigida al público adolescente, pero la verdad es que esto no fue para nada algo negativo, ya que la he disfrutado mucho.
«Merlina» ha sabido usar ingredientes de otras series y películas, desde «Harry Potter», «CSI» y «Los juegos del hambre» hasta «Sherlock Holmes». Pero no por esto quiero decir que «Merlina» carezca de su propia originalidad. Nada de eso. Tiene luz propia, aunque en este caso es luz negra, ya que el personaje principal está perfectamente interpretado por la actriz Jenna Ortega, quien es en su totalidad el alma de la serie. Es casi hipnótico ver cómo desarrolla al personaje. Es como si realmente ella fuera Merlina.
Ojo, no quiero decir con ello que los demás personajes sean un simple relleno. El elenco es genial, desde Christina Ricci, quien dio vida a Merlina en el filme de los 90 y ahora es una de las profesoras del instituto Nunca Más; hasta Gwendolyn Christie, quien es una actriz que me ha sorprendido gratamente desde su papel de Brianna en «Juego de tronos», Lucifer en «Sandman» y, por último, la directora Larissa en «Merlina». Papeles totalmente diferentes y muy ricos en personalidad.
Al saltar al departamento técnico, «Merlina» cuenta con grandes armas. Tiene una magnífica fotografía lúgubre y oscura o alegre y luminosa cuando lo necesita el guión. La música es un plus, ya que enriquece esta interesante propuesta, con versiones de temas de Metallica, Roy Orbison, Lady Gaga o Chavela Vargas; sin faltar el eterno colaborador de Tim Burton, el genial compositor Danny Elfman.
En fin, «Merlina» ha sido una grata sorpresa de la cual no esperaba mucho.
