Ana Torroja dijo que no sabía por qué tardó tanto en volver a Caracas. “Pero me esperaron, gracias por esperarme”, dijo la cantante española pocos minutos después del inicio de la única función de su tour Volver que hizo en el país.
Más de 20 canciones, dos horas de espectáculo sirvieron para que quien fuera la voz de Mecano no solo intercalara canciones propias con las de la legendaria banda, sino también para que integrara, más que interactuara, con el público que, el jueves por la noche (23 de junio), llenó la sala Ríos Reyna del teatro Teresa Carreño.
Con un mosaico de pantallas de televisión comenzó una cuenta regresiva, siete minutos antes que que la música comenzara a sonar.
En la ambientación se vieron figuras icónicas como Carmen Maura o el tema ochentoso «Lobo hombre en París», en la voz del grupo La Unión. Eso dio paso a los músicos y a Ana Torroja, ante los vítores del público.
Después de «El cine» y «Qué pesado», temas con los cuales inició el concierto, Ana Torroja se preparaba para interpretar «Mi cole en una fiesta», cuando recibió una bandera de Venezuela. Ana Torroja rápidamente la anudó a su cuello y continuó cantando, sin percatarse de que la había puesto al revés. Ante el llamado de atención que recibió, la volteó, volvió a amarrarla y continuó con «Hoy no me puedo levantar».
Con esa transición vino el primer cambio de vestuario, en el cual el body y short negro con blanco dieron paso a un brillantísimo y corto vestido.
«Cruz de navajas», «Soy», «7 de septiembre», «Fue», «Amantes» y «Sonrisas» continuaron en la lista de temas en los cuales la acompañaron cuatro músicos. Ellos, vestidos de blanco durante la velada.
Las pantallas comenzaron a dibujar unas finas líneas hasta que ella terminó la presentación del siguiente tema. “Cuando Nacho (Cano) escribió esta canción había que ser muy valiente para escribirla y para cantarla. Desde entonces la llevo siempre en mi equipaje”, dijo Ana Torroja y sonó «Mujer contra mujer».
Luego de la falsa despedida, Ana Torroja volvió a escena y cantó por media hora trozos de canciones que el público le pidió. Sola, sin músicos, sin instrumentos. Acompañada por el coro de más de dos mil personas que se rindieron ante ella.
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