El poder hablar de un trabajo discográfico de esta banda nacida en Sheffield hace 21 años no deja de ser siempre tan complicado como emocionante.
Cada vez que los Arctic Monkeys anuncian un nuevo disco, la incertidumbre, como la expectativa, son protagonistas.
Antes de adentrarme en «The Cars», su séptimo disco, es importante dejar claro que en dos décadas pasan muchas cosas, tanto en lo vivencial como en lo musical, y en este caso en particular, Alex Turner y compañía no son regla excluida de la estadística.
Es mucho la evolución desde «Whatever People Say I Am, That’s What I’m Not» (2006) hasta lo que nos compete hoy; siempre fueron vistos como una de las bandas que tomarían el testigo de llevar el rock como carta de presentación, y de hecho, yo diría que fue así, haciéndolo de la forma más honesta y de la manera que a ellos les venía en gana.
Muchos creen que el «nuevo» sonido de A.M. llega en «The Cars» y no es así; yo me atrevo a decir que, desde «Humbug» (2009), ya comenzaron a desafiar la etiqueta que les tenían, y de ahí, cada disco fue un mundo sonoro independiente, pero sin salirse de la filosofía musical que los ha tenido siempre como una banda main.
No obstante, fue hasta hace 4 años atrás, cuando presentaron «Tranquility Base Hotel & Casino» (2018), un nuevo camino, dando pie a un proceso creativo totalmente distinto y que hizo ruido en la crítica al verse el distanciamiento con sus primeros discos.
Es en octubre del año pasado (2022) cuando llega «The Cars», que viene a ser una continuación en ese mundo de exploración iniciado en su disco anterior, donde el pop dice presente y se sienten las influencias de Turner, con su otro proyecto «The Last Shadow Puppets».
Feeling, nostalgia y más…
El disco tiene mucho feeling, nostalgia, sonido vintage, coros enriquecedores, funk, jazz, orquesta y por qué no decirlo, es un afrodisíaco auditivo.
«There’d Better Be A Mirrorball» es un tema hermoso para comenzar, parece extraído de una película de amor, muy nostálgica, me enganchó desde la primera escucha y creo que ese era el objetivo.
«I Ain’t Quite Where I Think I Am» nos vamos 50 años atrás, para los 70’s con un funk y con toques de Jazz; no se puede dejar pasar, coros muy pero muy cool.
«Sculptures Of Anything Goes», temazo, de ambiente muy dark, con toques hasta de trip hop, creo que de las mejores del disco, con grandes arreglos.
«Jet Skis On The Moat», de mis favoritas, piano, guitarra increíble … la voz de Turner es puro feeling. ¡Qué gran canción!
«Body Paint» fue el segundo single promocional del disco, es el tema más largo también; es una canción potente a pesar de ser lenta. Indudablemente es rock, dramatismo total, pero es rock…
«The Car», el homónimo del disco, con un sonido de bajo muy sutil; parece sacado de una banda sonora de una peli de Tarantino; arreglos de cuerdas increíbles y finalizando con un solo de guitarra levitante.
«Big Ideas» les confieso que para mí es la mejor canción del disco, totalmente envolvente, con una melodía hipnótica, los arreglos orquestales de nota sobresaliente, y la voz de Turner de orgasmo auditivo.
«Hello You» yo describiría este tema con cierta percusión latina, como lo más alegre del disco, y lo más parecido al disco anterior.
«Mr Schwartz» Todo disco tiene su toque de misterio, y este tema lo representa, sonido acústico que nos relaja, para un «in crescendo» complementado por un sobrio bajo, sintetizadores y cuerdas.
«Perfect Sense» ¡Qué gran final de disco, qué gran canción! Se acaba la película y a lo lejos nos dejan con uno de los mejores arreglos de cuerdas del disco. Hermosa canción.
Conclusión
En conclusión, es un disco mucho más pulido y potente que el anterior. Queda claro que los Arctic Monkeys, con el pasar del tiempo, se están alejando del sonido que los trajo a este mundo; queda para todos los gustos.
Yo destaco la creatividad, la instrumentación, sonidos sublimes de guitarras, efectos, buenos coros, líricas muy cinematográficas y buenos arreglos.
«The Car» es un disco muy bien ensamblado, y para que lo entiendas, debes darle play sin interrupción a sus 37 minutos. Y si después de esto no te convences, ¡no pasa nada! Siempre te quedarán sus primeros discos para «rockear» de la manera que estás acostumbrado. Ahora, si lo que quieres es criticar a la banda por este disco, te respondo como lo harían ellos hace 12 años atrás: «Suck it and See».
Por cierto, ¡10 y 11 de julio aquí en Madrid, nos vemos en el concierto!
